Ronny Gabriel Rodríguez Granizo llegó la tarde del viernes 6 de septiembre a la intersección de las calles Pedro Pablo Gómez y Asisclo Garay, en el suroeste de Guayaquil, con la intención de arreglar su vehículo.

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El hombre, de 46 años, estacionó su automóvil Chevrolet, color vino, y se dispuso a inspeccionarlo. Sin embargo, lo que parecía ser una tarde rutinaria, tomó un giro trágico cuando dos individuos en motocicleta se acercaron a él. Uno de los sujetos sacó un arma de fuego y le disparó. Varios proyectiles impactaron en su cuerpo, dejándolo sin vida, confirmó una fuente policial.

El ataque dejó también una segunda víctima: un hombre de 45 años, quien fue alcanzado por una bala mientras trabajaba reparando chapas de vehículos en un local cercano. El herido fue auxiliado rápidamente por familiares y personas que se encontraban en el sector, quienes lo trasladaron a una casa de salud, donde, a pesar del trauma, su estado fue reportado como estable. Luego, fue dado de alta.

Las investigaciones posteriores revelaron que Rodríguez Granizo había sido detenido el 17 de enero de 2024 por tráfico de drogas. “Este antecedente criminal abrió varias líneas de investigación, para determinar si el ataque estuvo relacionado con ajustes de cuentas dentro del mundo del narcotráfico”, afirmó un investigador de la Policía.

Al sitio también llegó una mujer, quien se presume era allegada al occiso, pues al comprobar su identidad se tumbó junto al cuerpo, para abrazarlo, mientras lloraba.

El sector donde ocurrió el crimen es una zona comercial concurrida, conocida por sus numerosos negocios de repuestos automotrices. Este suceso ha generado preocupación entre los negociantes y clientes, por la seguridad en, un área donde diariamente acuden personas a reparar sus vehículos.

Residentes del lugar, quienes prefirieron no identificarse por temor a represalias, informaron a la Policía que la organización criminal Latin Kings controla la zona, involucrándose en delitos como la venta de drogas y la extorsión a los locales mediante el cobro de ‘vacunas’.

Como evidencia, la Policía recogió dos teléfonos celulares pertenecientes a las víctimas y 240 dólares que Rodríguez llevaba consigo. 

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