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¡Matones convirtieron el cuarto de una clínica de Guayaquil en habitación del terror!
Asesinos tirotearon a una ciudadana peruana que estaba asilada en esa casa de salud. La Policía afirma que los violentos se equivocaron de ‘blanco’
Un hecho de violencia terminó la mañana de ayer, 5 de mayo, con la vida de Carla Cecilia Rocchetti León. Ocurrió dentro de la habitación 1120, en el área de Medicina General, de la clínica Kennedy, al norte de Guayaquil.
Como salidos de una película de acción y violencia, cinco individuos armados, dos de ellos con vestimenta similar a la que utiliza la Policía, llegaron hasta la casa de salud en dos vehículos para, acto seguido, acercarse hasta la puerta de ingreso y preguntar al guardia por un paciente, de quien desconocían que hasta el día anterior estuvo asilado allí.
Luego de quitarle el arma de dotación al celador, dos de los criminales se quedaron en el piso de abajo, otro avanzó hasta las escaleras y dos más hasta la planta alta donde con un fusil le dispararon por 16 ocasiones a la Rocchetti, quien se encontraba en una camilla.
Diez disparos
La víctima, de 41 años y de nacionalidad peruana, recibió al menos 10 de los impactos realizados con el arma de grueso calibre. Cometido el crimen los asesinos huyeron de la misma forma en que llegaron, en dos vehículos.
El general César Zapata, comandante de la zona 8 de Policía, informó que, al parecer, el ‘blanco’ de los criminales no era la extranjera, sino el hombre que hasta el día anterior (martes) estuvo internado en dicha casa asistencial y en la misma habitación donde después se suscitó el asesinato de la peruana.
“La mujer recibía un tratamiento por una dolencia que presentaba, le estaban suministrando un suero, porque hoy (ayer) se realizaría una cirugía. Los matones le dijeron al guardia que se quitara de la puerta, luego sometieron al personal médico y fueron directo a la habitación en el segundo piso, abrieron la puerta y dispararon”, explicó el comandante de la Zona 8.
Zapata reveló que la Policía maneja varias hipótesis, pero presuntamente el crimen estaba direccionado a un ciudadano que estuvo internado en esta clínica un día antes del hecho violento.
“Los asesinos entraron y se dirigieron directamente a la habitación 1120. El hombre por el que los tipos preguntaron registra antecedentes penales y fue víctima de un atentado el 20 de abril. Estuvo 14 días hospitalizado”, aseguró el oficial.
Otra de las hipótesis que maneja la Policía y que fue proporcionada por el comandante zonal es que los matones utilizaron uniformes parecidos a los de la institución con la finalidad de pasar desapercibidos e ingresar las armas de fuego con las que cometieron el asesinato.
“Vamos a verificar el estado de salud del señor. Al parecer, este hecho tendría nexos con el narcotráfico”, reveló el oficial de la Policía.
El sujeto al que hizo referencia el comandante zonal responde a los nombres de Jonathan Quintero y habita en la parroquia Posorja (Guayaquil). En esta zona rural porteña también fue víctima de un atentado.
En la página de la Función Judicial Quintero registra varios procesos por delitos como por tenencia de armas, contra la vida y robo.
Una fuente policial reveló que la mujer asesinada tenía varios años residiendo en Ecuador y que también vivía en Posorja. “Ella se dedicaba a la comercialización y exportación de artículos médicos y de belleza. Tenía dos niños”, manifestó el investigador.
El carro estaba ‘cargadito”
Quince minutos después del asesinato de la extranjera, uno de los vehículos, un Kia Sportage, blanco, sin placa, en los que llegaron y huyeron los criminales, fue abandonado, luego de una persecución policial, en las calles Camilo Destruge, entre Babahoyo y Abel Castillo, en el suroeste de Guayaquil.
El coronel Fernando Vaca, jefe del Distrito Nueve de Octubre, informó que dentro del automotor se encontraron dos fusiles, una pistola, 179 cartuchos, tres alimentadoras, celulares y una gorra de la Policía.
“Dos sujetos abandonaron el vehículo, avanzaron unos metros y se embarcaron en un bus para huir”, explicó Vaca.
Dentro del automotor también estaba la placa, delantera y posterior, que los delincuentes, al parecer, le habían quitado al carro.