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Guillermo Lasso invitó a EXTRA a recorrer el que fue su hogar de niño y de donde salió hace 40 años.EXTRA

¡Guillermo Lasso volvió a la que fue su casa, 40 años después!

Lasso asume este 24 de mayo como presidente del Ecuador, pero antes, invitó a EXTRA a recordar cómo vivía con sus padres y hermanos. ¡Pura nostalgia!

Vuelve a casa como presidente electo, 40 años después de haberla dejado. Es jueves, 13:30 y en Guayaquil el sol quema hasta el alma. Después de atender a la prensa extranjera y nacional desde las 08:00, por turnos de entre 30 y 90 minutos, a todos en la sala acondicionada con cortina elegante, cómodos sillones y aire acondicionado, Guillermo Lasso Mendoza recibe a EXTRA. Ahí la cosa cambia.

Ya ha visto todo el ajetreo que hay en el que, de niño y muchos años después, durante un mes de casado, fue su cuarto. Se levanta y accede a este. Aquí solo hay una silla. Hace calor, se quita el terno y se pone cómodo. Se ‘saca el chip’ del FMI, de la banca, de la deuda, de la políticaestá Lasso el hijo, hermano y padre de familia. “Yo los había invitado a mi casa y aquí estamos, en mi cuarto. Por primera vez hay prensa aquí”.

La habitación es de lo más normal, entran dos camas. Hay un clóset con algo de moho. La humedad en las paredes denota su vacío. Una llave marca Klaus, algo oxidada, está en la chapa de la puerta.
En la mente de Lasso, quien este lunes 24 de mayo asumirá la Presidencia del Ecuador, está el recuerdo de cuando don Enrique Lasso y doña Nora Mendoza empezaron a criarlo en estas cuatro paredes de una villa sencilla en las calles Luis Urdaneta 1913 y Tulcán, centro del Puerto Principal. Aquí pasó los primeros 31 días de casado con el amor de su vida María de Lourdes Alcívar.

Desde el que fue su cuarto,
EXTRA conversó con el presidente electo sobre su niñez, su primer sueldo, la relación con sus padres, las delicias que cocinaba su mamá en Semana Santa, entre otras cosas íntimas. #Los recuerdos de su infancia y juventud lo emocionaron durante la entrevista.

Estamos invadiendo su primer dormitorio. ¿Aquí comenzó todo?

Aquí empezó mi vida. Nací en la maternidad (Enrique) Sotomayor, tres días después vine a la casa de mis padres. Esta casa fue hecha por la Caja del Seguro (IESS). Había dos camas, la mía y la de mi hermano Javier; en el otro cuarto mis hermanos Pepe y Rocío, y al fondo mis padres. Pero como todos se iban casando me quedé solo; cuando yo me casé mi madre me pidió que viva el primer mes aquí... ¡no me pregunten qué hice!

¿Qué había en este cuarto?

Aquí solo entraban dos camas y donde están ustedes estaba el clóset, lo compartía con mi hermano, había poca ropa. Era una vida muy austera, pero muy linda.

Guillermo Lasso recordó que, en 1970, con 5 sucres llevaba al cine a su padre y le alcanzaba, además, para comprar colas y sánduches de queso para ambos.EXTRA

¿También compartía la ropa con el hermano?

No me quedaba, era muy menor. Yo tenía poca ropa, dos pares de zapatos, uno de ellos para Educación Física. Era demasiado ordenado, me gusta todo en su lugar.

Presidente, de pequeño a uno le hacen creer que existe el cuco...

No tengo miedo. Le cuento: junto a mi cama dormía doña Dolores Lupe Alarcón, una señora hermosa que la recuerdo mucho, y cuando me daba miedo le tocaba la mano y me sentía seguro.

¿Cuál era la parte de la casa donde meditaba?

En mi cama, allí reflexionaba. Aquí también había una pequeña mesa y cuando era fin de año escribía mis propósitos para el nuevo año, en eso era muy solemne, mientras mis padres esperaban a mis hermanos y sus familias. Todo era felicidad aquí.

¿Qué se comía en esta casa, preparado por doña Nora, su madre?

Se comía rico: cazuela de verde, pastel de dos harinas, guatita, bolones, panes de almidón...

¿Era de los que se metía a la cocina a probar la comida?

Sí, en especial en Semana Santa, mi madre cocinaba una fanesca de receta quiteña con el grano pelado riquísima. Yo le ayudaba a pelar los granos.

Uno siempre tiene amigos de ‘pelado’, ¿de quiénes se acuerda?

Claro, son los amigos de la juventud, Enrique Arosemena Baquerizo, Pepe Antón, Andrés Arcos, Federico Saporiti, Eduardo Delgado y algunos más que fueron amigos de colegio.

¿Qué se siente volver a casa?

(De pronto, Guillermo Lasso se pone nostálgico. Sus ojos se humedecen y lo delatan. Hace una pausa y mira hacia arriba para contestar)

Aquí regreso a los 40 años... siento mucha nostalgia. Yo les planteé a ustedes la entrevista en este sitio. ¡Estar aquí es demasiado fuerte! Volver al pasado es como ver a mi papá salir en guayabera del dormitorio a la sala o ver a mi madre como si estuviera cocinando. Los veo como si estuvieran aquí. He vuelto al pasado.

¿Desde qué edad comenzó a trabajar?

Desde que tenía 15 años. Fue en enero de 1970.

¿Y recuerda cuál fue primer sueldo? (Le mostramos 1.450 sucres, los toma en sus manos y comienza a buscar uno en especial, lo encuentra y lo muestra...)

Recuerdo que me pagaban en billetes de cinco sucres nuevecitos, que los guardaba entre mi ropa y los iba sacando de poco. Con eso me iba con la familia al cine Presidente (ya cerrado). Era cine continuo, me tomaba la cola Crush y mi orgullo era invitar a mi padre a tomar cola con pan bien aplastado. Alcanzaba para todo eso y hasta sobraba vuelto. ¿Y de dónde sacaron estos billetes? ¡Qué recuerdos!

Presidente, la gente dice que en campaña usted hizo muchas cosas que parecían actuadas... Una vez se lo vio tomar cerveza a pico de botella.

Yo soy muy natural. Lo de esa cerveza era para desafiar a Correa (Rafael, el expresidente) en la elección anterior (2017), que no quería que tomemos los domingos. Estaba en Tarifa (parroquia de Samborondón, provincia de Guayas) y me tomé una cerveza a pico de botella solo para picarlo. Pero a mí me gusta el vino o un buen whisky. He tomado el ‘Pájaro azul’ en Guaranda, eso es otro nivel, un trago muy ecuatoriano.

¿Y qué hace ahora, que es político, que antes no lo hacía?

Estoy concentrado en los problemas de Ecuador, pero esto lo vengo haciendo durante los últimos años. Lo que sí ha cambiado mucho es cuando trabajaba en el banco (Guayaquil), ahí entraba a las 9 de la mañana y todo estaba listo y salía a las 5 o 6 de la tarde. Ahora las jornadas son hasta la noche, no hay límites.

¿Extraña la vida del banco?

Sinceramente, no. Yo creía que como banquero trabajaba mucho y que los políticos no lo hacían. Pero ha sido al revés, los políticos trabajan mucho más que los banqueros.

¿Todos los políticos trabajan así?

¡No me hagan hablar mal del resto...! Estoy en el Ecuador del encuentro, paz y amor con todo el mundo (risas).

Lasso dice que no tiene miedo a los espíritus, ni siquiera a los de Carondelet. “Allí solo hay que pedir una bendición nada más”, afirma.