Frank Fandino estaba acostado en una hamaca, disfrutando de la tranquilidad de la madrugada en medio de la vegetación de la comuna Cofán, ubicada a 30 minutos de Lago Agrío, en la provincia de Sucumbíos. Todo cambió cuando apareció en el cielo una intensa luz blanca que lo rodeó y lo elevó hasta una supuesta nave extraterrestre nodriza.

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La vida de este guayaquileño dio un giro en marzo de 2021, cuando, asegura, fue abducido y llevado al platillo volador por sus “hermanos alienígenas del planeta Ciria”, quienes “intervinieron quirúrgicamente” para ayudarlo a recuperar la movilidad en su pierna izquierda, afectada en un accidente de tránsito en 2016.

Aquel día, sus dudas sobre la existencia de seres de otros planetas se despejaron, pues varias veces había visto luces realizando movimientos extraños en el cielo. A las 04:00, inició la experiencia que le abrió la mente.

“Fui a la comuna para ser el asistente de una ceremonia de ayahuasca (bebida medicinal de pueblos indígenas). Me acuerdo bien de todo. Cuando terminamos, me acosté a descansar en la hamaca. Luego de un momento, abrí los ojos y vi que una luz en el cielo se me empezó a acercar”, relató.

El lugar se quedó en silencio; desapareció el ruido de los insectos y el viento. De este objeto, que tenía forma circular, salió un túnel de luz que lo rodeó. Además, a su mente comenzaron a llegar mensajes como: “tranquilo, no te haremos daño”, “venimos a visitarte y ayudarte”, “estamos aquí para cuidarte”.

“Me quedé pensando en los mensajes que llegaron a mi mente... y me doy cuenta de que estaba levitando, porque al final del túnel vi el cielo y una nave inmensa, era una nodriza. Después, atravesé una especie de pared y ya estaba dentro de la nave. Todo esto sucedió sin moverme”, recordó.

Nadie lo recibió en la supuesta nave, que, según su descripción, tenía largos pasillos iluminados por luces blancas y un olor a flores.

“A mi mente siguieron llegando mensajes, pero de instrucciones. Me dijeron que caminara por el pasillo, lo hice por poco tiempo, hasta que llegué a una compuerta que ocultaba lo interesante: vi a humanos que estaban siendo operados por seres de diferentes planetas”, reveló.

Uno de los alienígenas se paró delante de él y le habló telepáticamente. Se identificó como habitante del planeta Ciria y tenía un aspecto similar al de los humanos, con la diferencia de que su cabeza era ovalada, sus ojos celestes y solo tenía cuatro dedos en cada mano.

“Me dijo que era mi hermano y me hizo pasar a la sala, donde había humanos acostados en mesas que levitaban y estaban siendo operados. Luego me dijo que había seres de otros planetas, que no me asustara y que me acostara porque me iban a sanar”, aseguró.

En agosto de 2016, Frank tuvo un accidente de tránsito que afectó su pierna izquierda, mutilando su tendón de Aquiles. Los doctores le dijeron que no volvería a caminar.

“Vi que con una especie de láser me apuntaron la pierna. Yo no sentía nada. Luego me quedé dormido y al despertar estaba en la hamaca. Abrí los ojos, empecé a caminar y ya lo podía hacer sin dificultad y sin dolor. Le conté al chamán de la comuna y me dijo que los seres del cielo me ayudaron”.

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