Guayaquil requiere nuevos enfoques urbanos, y desde la academia surgen propuestas innovadoras en arquitectura que podrían transformar la ciudad, que demanda espacios que combinen áreas verdes con zonas recreativas, culturales y de convivencia comunitaria.

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En una tesis universitaria, las arquitectas Allisson Bedor y Mayerly Vega presentan una propuesta para revitalizar un terreno municipal abandonado, ubicado entre el bloque 10 de Bastión Popular y la etapa 7 de Mucho Lote 1, en el norte de la ciudad.

Este terreno tiene más de dos hectáreas de extensión, pero hoy se ha convertido en un refugio de delincuentes y consumidores de drogas durante la noche, según los habitantes de la zona. Además, se observa la acumulación de desechos en varias partes del predio.

El proyecto de las arquitectas sugiere diseñar un “equipamiento social recreativo” que no solo sirva como espacio de esparcimiento, sino que también integre infraestructura verde.

El objetivo, según las autoras, es conectar dos sectores separados por un canal de aguas lluvias, reflejo del crecimiento desigual de la ciudad: Mucho Lote, un conjunto de urbanizaciones planificadas, y Bastión Popular, una zona surgida de asentamientos irregulares.

En los estudios realizados para desarrollar los diseños, se descubrió que la disponibilidad de áreas verdes en la zona es solo de 0,90 metros cuadrados por habitante, muy por debajo de los 9 a 15 metros cuadrados recomendados por indicadores internacionales.

Además, se realizó un monitoreo de temperatura en los materiales de cobertura de los pisos, lo que reveló que, sin sombra, los espacios al aire libre pueden alcanzar hasta 53,4 grados Celsius.

¿En qué consiste el proyecto?

La propuesta busca integrar los espacios mediante el tratamiento de las vías, la construcción de dos puentes peatonales y la implementación de áreas recreativas. Estas incluyen juegos infantiles, una ciclovía de siete kilómetros, camineras con adoquines ecológicos, áreas de pícnic y la conexión con un campo de fútbol en un terreno vecino.

Además, se contempla la siembra de diversas especies de árboles, como neem, aromo, acacia rosada y guayacán amarillo.

“Hicimos el cálculo y llegamos a la conclusión de que, si se llega a construir el proyecto, las áreas verdes pasarán de 0,90 a 2 metros cuadrados por habitante”, afirmó Vega.

Las áreas propuestas fueron diseñadas a partir de las sugerencias de los residentes de los sectores cercanos, obtenidas a través de una encuesta. Ellos piden a gritos más espacios recreativos en la zona.

“Aquí lo que más tenemos son problemas de seguridad. Sí creo que faltan más parques, pero la gente no sale mucho. Creo que por la misma razón de que no hay muchos lugares para andar en bicicleta tranquilo o salir a correr sin problema”, expresó Ramón Briones, habitante del bloque 10 de Bastión Popular.

Bedor coincidió en que en esa zona es común ver a personas consumiendo drogas en las calles en cualquier momento del día, lo que incrementa la sensación de inseguridad.

En contraste, en Mucho Lote 1 la situación es diferente, ya que muchas familias optan por instalar rejas y permanecer dentro de sus viviendas para protegerse de los peligros externos.

“La idea del parque es que la gente aproveche estos espacios, que no estén encerrados y salgan a disfrutar de las áreas verdes, que no sientan temor de hacerlo”, manifestó Bedor.

El costo estimado del proyecto urbano ronda los 5 millones de dólares. Según la arquitecta Lorena Sánchez, catedrática de la Universidad de Guayaquil y tutora de la tesis, el terreno actualmente está clasificado como Área Comercial Vendible (ACV).

“El Municipio podría revertir esa condición a ACM (Áreas Cedidas al Municipio) como destino de área verde-recreativa a través del Concejo Cantonal, lo que generaría un proyecto social fabuloso”, recomendó Sánchez.

Recomendaciones para otras iniciativas urbanísticas en el norte de Guayaquil

Las arquitectas también sugieren otras iniciativas en esta área, como la rehabilitación del estadio juvenil Mucho Lote 1, que colinda con el predio estudiado, y la implementación de un carril peatonal unilateral.

Además, proponen la creación de huertos urbanos como espacios educativos enfocados en la sostenibilidad, dirigidos a los estudiantes de las escuelas cercanas.

Un proyecto de este tipo no solo mejoraría la calidad de vida de los habitantes de Bastión Popular y Mucho Lote 1, sino que también podría servir como modelo para otras zonas de Guayaquil que enfrentan problemas similares.

La integración de áreas verdes con espacios recreativos y sociales contribuiría a mitigar problemas de inseguridad, fomentar actividades al aire libre y fortalecer los lazos comunitarios entre los vecinos.

Además, la implementación de proyectos urbanísticos sostenibles como el propuesto por Bedor y Vega subraya la importancia de repensar el crecimiento de la ciudad. Es un recordatorio de que el desarrollo urbano debe ser inclusivo y equitativo, con un enfoque en recuperar espacios abandonados y transformarlos en lugares que beneficien a toda la comunidad, especialmente en las zonas más vulnerables.

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