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Tras asesinato de Junior Roldán, estalla guerra entre Águilas y Tiguerones en Guayaquil
Bandas rivales aprovechan la muerte de Junior Roldán para quedarse con el territorio delictivo de su organización. En tres días cuatro hombres aparecieron descuartizados.
Durante tres días el distrito Nueva Prosperina, sector situado en el noroeste de Guayaquil, se convirtió en el macabro escenario donde de forma consecutiva aparecieron cuerpos humanos desmembrados. ¡Una carnicería!
El pasado viernes fueron hallados una cabeza y un corazón, el sábado apareció el resto de este cadáver. Un día después, la mañana del domingo, en tres sacos de yute, 14 piezas anatómicas que corresponderían a otros dos hombres. Los tres hallazgos se registraron en el mismo sector porteño, pero en diferentes cooperativas.
El primero de los restos corresponde a un adolescente, de 16 años, a quien decapitaron y le sacaron el corazón, estas partes las encontraron a pocas cuadras de su domicilio en el bloque 1A de Flor de Bastión.
Los macabros descubrimientos serían consecuencia de la guerra entre dos bandas criminales que operan en este sector porteño. Por la forma atroz en que se ejecutaron los asesinatos, los victimarios serían Tiguerones y los asesinados Águilas, reveló una fuente policial a este Diario.
Nueva Prosperina
“La manera sanguinaria de operar es de Los Tiguerones, quienes a raíz del asesinato de Junior Roldán, líder de Los Águilas y al ver que estos se quedaron sin fuente de financiamiento, buscan quedarse con todo el territorio noroeste”, afirmó el investigador.
El teniente coronel Roberto Santamaría, jefe del distrito Nueva Prosperina, indicó que estos actos de extrema violencia responden a un conflicto de organizaciones delictivas y que más del 90 % de crímenes en este distrito se relacionan al enfrentamiento entre bandas.
“En todo Guayaquil se han ido ubicando estas organizaciones delictivas. Lastimosamente los jóvenes están alineados a estas narcoculturas. El distrito Nueva Prosperina es el más olvidado por las autoridades municipales y eso influye mucho”, afirmó.
Explicó que las organizaciones delictivas se manejan con códigos y que la traición o la deslealtad es pagada con muerte. “Cuando la traición es fuerte o grave, lo que hacen es cometer actos execrables que generan gran impacto y una de las características es que las cabezas son arrojadas cerca de las viviendas en donde habitaban, esto es como un mensaje al barrio que veía como líderes a esas personas”, acotó. (AEB)