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Guayaquil: Las curiosas postales de una ciudad que no descansa
Nuestros fotoperiodistas captaron las situaciones más raras en diferentes sectores del Puerto Principal, desde Michael Jackson hasta agua de calzón.
Una mirada diferente y colorida, desde el lente de EXTRA, a esta ciudad de 'sabidos' , 'camelladores' y curiosos. Guayaquil, en cada uno de sus rincones, ofrece a propios y extraños diferentes postales.
El Puerto Principal, por su dinamismo, no descansa, así como su gente que le pone sazón a sus labores diarias. Aquí una recopilación de las mejores postales captadas por nuestros fotoperiodistas en esta semana.
Grandote y jugando.
Invadiendo el carril destinado para las bicicletas y sin casco de protección obligatorio, este hombre parece estar en un concurso: se ha puesto un neumático encima y a ver cuánto logra avanzar en esa motito que parece de juguete. ¡Dale, dale, que sí puedes!
Pase la página, poeta.
Sentado sobre el espaldar donde se ubica la escultura del prócer y poeta José Joaquín de Olmedo, este hombre parece estar muy interesado en la lectura que esta representa tener. Quizá él no lo sepa, pero Olmedo fue uno de los idearios de la independencia de Guayaquil, lograda el 9 de octubre de 1820. ¡Qué buena compañía eligió!
Piscina y lavadora.
Este panita no ‘aguantó paro’ y para paliar el calor se metió en una de las piletas a la altura del estadio de Barcelona, en Guayaquil. Allí mismo lavó su ropita.
¿Estará heladita?
Curiosos mensajes adornan la fachada de una vivienda en Urdesa, al norte porteño. Entre ellos destaca uno que ofrece agüita de calzón en funda... eso sí, más abajo se aclara que es solo un dicho de la sabiduría popular.
Trabajador invisible.
La silla vacía deja ver por completo el cartel en el que alguien ofrece sus servicios como gasfitero. No es el hombre invisible, lo que pasa es que tuvo que dejar su puesto un ratito para atender una urgencia del organismo.