Exclusivo
Ciudad

Las fuertes precipitaciones trajeron inundaciones en muchos sectores con consecuentes problemas de tránsito..Christian Vásconez /EXTRA

Los guayaquileños están ‘ahogados’ de temor ante el invierno

Catorce horas de 'remojo' tuvo la urbe en la primera lluvia de la temporada. La 'pipol' lamenta que la Perla del Pacífico se vuelva Venecia cada invierno

Catorce horas de lluvia vivió el Puerto Principal, el pasado domingo. La ciudadanía se inquieta, porque las inundaciones en la urbe son características en el invierno.

Sin embargo, la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) catalogó al aguacero como emergencia de baja complejidad (nivel 1) porque no se registraron víctimas fatales, ni heridos, ni fue necesario activar albergues.

El técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), ingeniero Boris Malavé, manifiesta que la lluvia fue entre débil, continua y moderada.

“Las precipitaciones de las últimas 24 horas indican que estamos empezando el proceso de transición de la época seca a la invernal, en el Litoral ecuatoriano”, expresa el ingeniero.

Un informe del Inamhi reporta que las zonas más afectadas por el chaparrón fueron: La estación bombeo C4 (cerca del Fuerte Huancavilca), la ciudadela El Paraíso, el aeropuerto, La Chala, entre otros.

Desde las 05:00, Violeta ‘baldeó’ la calle para desfogar el agua lluvia, en La Chala.Álex Lima / EXTRA

Sin alcantarillas

Los moradores de dos manzanas de la ciudadela La Chala, suroeste de Guayaquil, están inquietos con el inicio del invierno, pues varias de sus esquinas carecen de alcantarillado.

Las calles con este problema son las de El Oro, Callejón Octava, Bolivia y Pasaje Salazar Gómez.

“Son cerca de 40 familias las perjudicadas con este descuido de las autoridades (Municipio de Guayaquil e Interagua). Este barrio cuenta con personas de la tercera edad (de 30 a 35 residentes) y con discapacidad (4), que se desplazan con bastón o sillas de ruedas”, expresa Ricardo Flores, líder comunitario.

“Cuando es fuerte la lluvia no se puede salir, tampoco se pueden lavar los carros al pie de su casa porque el agua se empoza. De igual manera no se pueden ‘baldear’ las viviendas, porque todo ese líquido se queda estancado en la calle y se vuelve un criadero de mosquitos”, dice Violeta Rea, de 80 años, quien tiene seis décadas de morar en La Chala.

Ella y otros vecinos tuvieron que a punta de escobazos llevar el agua lluvia hasta la alcantarilla más cercana, es decir a una cuadra de sus domicilios.

“Hace unos tres años vino el Municipio a hacer una inspección técnica, pero quedó en estudios, seguimos esperando”, expresa Flores.