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Guayaquil: Balaceras contra libadores en espacios públicos generaron miedo en vecinos
Residentes ahora caminan lejos de los bebedores o evitan salir de sus casas al verlos. Esto provocó que se conviva menos en sociedad, indicó sociólogo
Los carteles colocados a la entrada de un callejón reflejan el temor de quienes viven frente a un parque de La Floresta, en el sur de Guayaquil. “Mantener la puerta cerrada”, se lee en uno de los letreros, que fueron colocados luego de que el pasado 18 de julio balearon afuera a siete personas que estaban ingiriendo bebidas alcohólicas, cuatro de las cuales murieron en consecuencia.
“Desde que pasó eso los pusimos, para que la gente se acostumbre a no dejar abierto y evitar peligros”, comenta una residente. Y eso es otra muestra de que los ciudadanos han tenido que tomar medidas ante la inseguridad, pero también cambiar su comportamiento.
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La mujer describe que antes de salir de su vivienda ahora se percata si hay personas bebiendo licor cerca del parque. Si ve que eso ocurre, permanece en su casa hasta que se retiren, o si necesita marcharse de urgencia, trata de alejarse lo más posible.
“Siempre viene gente que vive por aquí, pero también personas que uno no conoce ni ha visto antes. Ya no hay que confiarse, porque cuando se juntan a ingerir trago en la calle son más propensos a estos ataques”, dice.
Esta no es la única en la zona que adoptó esa costumbre de no estar cerca de los bebedores. Otro vecino hace lo mismo. Es más, solo va al parque temprano en la mañana para hacer ejercicio. En las tardes ya no, pues es cuando a veces suelen ir a tomar. El múltiple crimen precisamente se dio alrededor de las 16:30.
“Yo desde las seis de la tarde y si es posible antes, ya intento no salir de casa porque es más peligroso”, refiere el morador.
Una situación similar ocurre en Gómez Rendón y la 14, en donde el 29 de abril de este año asesinaron a tiros a 10 personas que consumían bebidas alcohólicas dentro y fuera de un taller mecánico.
Fabricio, quien tiene un local cerca, mencionó que antes de la pandemia de la COVID-19, él y sus amigos a veces se reunían a conversar fuera de su negocio. Luego, con las medidas biosanitarias, se veían menos y actualmente, desde el hecho violento, no lo hicieron más.
“Ya no se puede estar reunido en la calle ni estar cerca de donde están tomando, porque no se sabe si los sicarios vendrán a balear a alguien y uno pueda salir afectado sin tener que ver”, recalca.
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- Zonas con más problemática
De acuerdo con datos proporcionados por el Servicio Integrado de Seguridad ECU 911, en Guayaquil, del 1 de enero al 26 de julio de 2023 se atendieron 19.299 alertas por incidentes relacionados con personas que se encontraban bebiendo en la vía pública. Los distritos 9 de Octubre, Portete y Modelo son los tres con más número de novedades (ver infografía a continuación).
El distrito Sur, en donde está ubicada La Floresta, es el cuarto con más incidentes en este año. Mientras que la intersección de Gómez Rendón y la 14 corresponde a Portete, el segundo con más alertas.
Un dato alentador es que el número total de incidentes en la ciudad disminuyó con relación al mismo período de tiempo en 2022. Situación que coincide con la aprobación de una ordenanza que prohíbe el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos de la urbe. Sin embargo, no siempre se la acata.
El 29 de junio de 2022, en un segundo y definitivo debate, el Concejo Municipal aprobó la Ordenanza de Coordinación de Seguridad y Convivencia Ciudadana del cantón Guayaquil. Normativa que en su artículo 9 dispone la prohibición del expendio y consumo de todo tipo de bebidas alcohólicas en los espacios públicos.
Las personas que incumplan con esa disposición serán sancionadas con una multa de un salario básico unificado. La medida también sanciona a los establecimientos que no cuenten con permiso para vender estas bebidas, pero también para los locales que, pese a tener la autorización, no coadyuven al control ciudadano en cuanto a la prohibición del consumo de dichas bebidas en las aceras, espacios públicos adyacentes o áreas cercanas al negocio en que son adquiridas.
Cuando han ocurrido balaceras contra ciudadanos que previamente consumían licor a la vía pública, un factor común es que agentes policiales les han pedido retirarse en más de una ocasión y obedecieron la disposición momentáneamente, pero después volvieron a libar.
Por ejemplo, estos desacatos ocurrieron antes de la matanza en La Floresta y en un reciente caso, del 19 de julio de 2023, cuando cinco personas fallecieron luego de recibir una ráfaga de tiros en la cooperativa Río Guayas, en el Guasmo, al sur de la ciudad.
- Encerrados e individualistas
El sociólogo y docente Carlos Tutivén indica que este tipo de situaciones y la inseguridad general por la que atraviesa el país está desgarrando el tejido social (conjunto de relaciones que crean comunidad, sentido de pertenencia y que hacen que la vida sea llevadera). Las personas, con la intención de protegerse, están socializando cada vez menos y rompiendo esa convivencia en sociedad, encerrándose en sus casas.
“Son prevenciones inspiradas en el temor. Por ejemplo, las denominadas ‘vacunas’ están eliminando la capacidad de emprendimiento, de arriesgarse con una inversión para iniciar un negocio (...). Hay que aprender a balancear entre una prudencia sensata, de cuidarse y de cuidar a los suyos, pero no encerrarse”, explica.
El miedo a ser víctima de una bala perdida o de la delincuencia también ha provocado que se pierda esa confianza social, que es fundamental para que los ciudadanos tengan una relación sostenible.
El especialista recalca que actualmente las personas no solo han perdido esa confianza entre sí, también en las autoridades y en las instituciones.
“Ya se vive bastante una anomia, que significa un irrespeto de la ley, no creer en ella. Hay un individualismo muy fuerte, en el que cada cual hace lo que siente que debe hacer para sobrevivir, formando pequeños círculos de relaciones, pero eso hace mucho daño”, menciona.
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Para explicar lo que puede provocar ese individualismo y no convencimiento de la ley, pone de ejemplo lo que ocurre en Haití, en donde se vive una extrema violencia y hay áreas en las que grupos armados tienen el poder y no el Estado.
En su criterio, lo que se está experimentando en Ecuador es el resultado de no haber tenido políticas integrales que abarquen los principales frentes: educación, empleo y cultura. Por eso enfatiza la importancia de que el Gobierno implemente medidas efectivas, pero también de que la gente elija una buena propuesta en las próximas elecciones. Son las tareas vitales de autoridades y la ciudadanía.
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