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Galápagos: los humanos no son alimento para los tiburones, aseguran biólogos y buzos
Expertos hacen lo que las autoridades de Galápagos callan: calmar situación hacia el turismo. Mal manejo de la información puede afectar a las islas
El episodio de la turista que fue mordida por un tiburón en las islas Galápagos pasó, pero los miles de comentarios que en redes sociales se hicieron, gran parte de ellos negativos, quedaron ahí. Desde el Parque Nacional Galápagos hasta ahora lo único que hay es silencio.
Pero el Ministerio de Turismo salió al frente para tratar de ‘calmar las aguas’. La entidad emitió un comunicado en el que, entre otros aspectos, refiere que, de acuerdo a guías naturalistas expertos, este tipo de comportamiento (el del tiburón) son inusuales, “sin embargo recomendamos a quienes practican actividades acuáticas mantenerse siempre atentos a las indicaciones que proporcionen el personal especializado durante los recorridos”.
Su postura coincide con lo señalado por biólogos y buzos consultados por Diario EXTRA que, en resumen, señalan que lo ocurrido con la turista méxico estadounidense Delia Yriarte, el pasado martes 4 de julio de 2023, cuando fue mordida por un tiburón, advierte que se debe tener mayor cuidado en las actividades con turistas en el mar.
No hay que generar pánico
El biólogo y herpetólogo Pablo León Silva, de 54 años, y quien asegura tener una “fascinación por los tiburones”, dice que le preocupó el “mensaje errado que se daba en redes, que causaba pánico”, lo que “afectaría en la operación turística y, además, porque se pudiese generar una efecto adverso hacia los tiburones per se”.
Sobre el incidente con la turista extranjera, aclara que “ellos (los tiburones) no están por ahí en el mar buscando humanos para comérselos, porque no somos parte de su dieta alimenticia, eso que quede claro”. “Son depredadores sí, pero en su hábitat, buscan comida, viajan muchísimo, muerden lo que sea para probar de qué se trata y si no es su presa, la aflojan”, como ocurrió con la mujer, explica.
“Si hubiese sido una mordedura feroz, un ataque, esa pierna (la de la turista mordida) no hubiera quedado ahí. La herida tiene entrada y salida casi en la misma trayectoria, porque probó y supo que no era su presa”, explica Silva.
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Con él coincide Álex Hearm, de 48 años, biólogo marino que trabaja en el tema de tiburones en Galápagos. Él hace una observación inicial: “a nivel global hay más de 500 especies de tiburones y en Galápagos podemos encontrar unas de 35 de estas. La gran mayoría de los tiburones si bien son depredadores no son peligrosos para los humanos”.
Para precisar su observación, Hearm señala que según los registros, “en el mundo se dan que 80 a 100 casos de ataques de tiburón cada año, de los cuales entre 2 y 8 son fatales. Para poner en contexto: cada año hay 100 millones de mordedura de perros, de los cuales hay miles que son fatales”.
En tanto que Erik Orejuela, con certificación de buzo desde 2010, detalla que “con los tiburones siempre hay que tener precaución, ellos también tienen un lenguaje corporal y el guía debe saber manejar eso”.
Agrega que, según su experiencia, “la probabilidad de que haya un ataque de tiburones es muy muy baja” y que el guía debe estar atento porque “hay cosas que pudieran detonar ciertos comportamientos de algunas especies, como por ejemplo tratar de acercarse de una manera errada al animal”.
Juan Roldán, con 12 años en el deporte de buceo a pulmón y también instructor, hace la misma observación y recuerda la obligatoriedad del guía de turistas de seguir los protocolos de seguridad. En el caso de la mujer que recibió la mordedura del escualo en Galápagos, dice que posiblemente ella no tenía el conocimiento para poder hacer esnórquel, que consiste en nadar solo por superficie con la máscara y un tubo para respirar.
. “Hay personas que son nerviosas, se ponen el tubo, tragan el agua, empiezan a chapotear y eso pudo haber llamado la atención del tiburón”. Señala que, en casos como esos, el ataque es inminente porque a la final el tiburón pensó que era su presa, pero al “probarla” (mordiéndola) se dio cuenta de que no forma parte de su dieta alimenticia y la soltó”.
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