Exclusivo
Actualidad

La población de tortugas gigantes en el volcán Alcedo, de la isla Isabela, es la más grande de todas.Cortesía/Jibson Valle-PNG

¡Galápagos tiene ya más de 60 mil tortugas gigantes en su hábitat!

El mundo científico celebra la gran recuperación de la especie. Logros en la isla Española y el volcán Alcedo, dos ejemplos a resaltar.

Galápagos acrecienta el número de tortugas gigantes en su territorio y con ello también su orgullo conservacionista que lo destaca como un ejemplo a nivel mundial. Según las últimas estimaciones del personal técnico y científico de la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI por sus siglas en inglés), la población de individuos de la especie insigne de las islas alcanzaría ya los 60 mil individuos, resultados que son compartidos con la comunidad científica internacional. Este número corresponde a 11 de las 15 especies originales que había en el archipiélago.

Una de los logros más importante llevado a cabo por esta iniciativa, que forma parte de un trabajo conjunto entre la Dirección del Parque Nacional Galápagos (PNG) y Galapagos Conservancy, es la recuperación de la población en la isla Española, donde después de 7 años de monitoreo y de “entender a la población y su situación”, se cerró el programa de crianza y cautiverio, iniciado con a mediados de la década de 1960. “Uno de los programas de reproducción y crianza en cautiverio más exitosos del mundo”, según lo califica el organismo científico.

“Empezamos con 15 individuos, tres machos y doce hembras, y hoy, aunque la población si bien no tiene los números históricos, se encuentra en un estado en que puede desarrollarse por sí mismo. Ya hay aproximadamente 2.500 tortugas en la isla”, cuenta a EXTRA el director de la Iniciativa, Washington Tapia.

Personal técnico realizó una medición de las especies, para monitorear su desarrollo.Cortesía/Freddy Azuero-PNG

Las 15 tortugas con quienes se inició esta difícil y titánica tarea, fueron liberadas en la isla en junio del año pasado y se les colocó un microchip de identificación. Las 12 hembras, que pesan en promedio 35 kilos, fueron cargadas por una sola persona, mientras que para los 3 machos, cuyo peso superaba los 55 kg, fue necesaria la participación de dos personas, en relevos. Fueron liberadas en el sector denominado Las Tunas, donde se concentra la mayor cantidad de cactus opuntia, su principal alimento, lo que facilitará la readaptación de los especímenes a su isla de origen.

Resalta también en esta tarea la recuperación de la especie en el volcán Alcedo, al norte de la isla Isabela, la más grande de Galápagos. Del 17 al 24 de enero pasado, guardaparques y científicos del PNG y Galapagos Conservancy realizaron el monitoreo con la finalidad de obtener datos sobre el desarrollo de la especie Chelonoidis vandenburghi en la zona.

Durante ese tiempo, según el reporte técnico, se monitorearon 160 kilómetros cuadrados, se marcaron 1.745 hembras, 1.794 machos y 1.184 juveniles de la especie, resultados que superaron las expectativas de quienes lideran la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes. Los esfuerzos fueron dirigidos a las dos secciones del volcán que debido a la disponibilidad de alimento concentran aproximadamente el 90% de la población de tortugas.

El equipo debió caminar largos trechos hasta el lugar donde se ubican las tortugas, en la parte norte del volcán Alcedo, en la isla Isabela.Cortesía/Johanes Ramírez-PNG

Según Tapia, los datos sugieren que se trata “de una población saludable” y que esta especie “cuenta con un macho por cada hembra”, lo que la convierte en una población completamente viable de desarrollar. “Y aunque faltan datos por procesar, estimo que la población sobrepasa las 12 a 15 mil tortugas”.

Una de las acciones que ha permitido esta recuperación es la eliminación de las llamadas especies invasoras, como los chivos. Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos, señaló, además, que “la erradicación de las cabras y burros en el 2006 ha permitido que la población de tortugas gigantes prospere”.

En tanto que Johannes Ramírez, guardaparque que participó en esta expedición, explicó que “el trabajo de monitoreo demanda un esfuerzo físico extremo, ya que en una sola jornada algunos grupos tuvimos que recorrer hasta 27 kilómetros para cubrir el área asignada (...) sin embargo, valió la pena cuando pudimos visualizar en un solo cuadrante de más o menos 200 metros un grupo de más de 500 tortugas”.