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Momento en que el buzo Peter Freire cortaba la red y el cabo que estaban incrustados en la piel del enorme tiburón ballena.Cortesía Peter Freire

Galápagos: El buzo ecuatoriano que arriesgó su vida para salvar a un tiburón ballena

El experimentado guía Peter Freire iba con turistas alemanes cuando se topó de frente con el enorme animal, que estaba enredado en una malla de pesca

En una acción llena de valentía y demostrando su amor por la naturaleza, el buzo ecuatoriano Peter Freire logró salvar a un enorme tiburón ballena, de aproximadamente 14 metros de largo, al cortar las redes y el cabo que lo envolvían y que, de no habérselas retirado, lo termiarían matando.

La arriesgada acción le tomó cerca de 8 minutos de nadar junto al tiburón ballena -considerado el pez más grande del mundo y que puede llegar hasta los 18 metros de longitud- mientras él, sobre el lomo del pez, con su cuchillo le cortaba el cabo y trataba de sacarle las redes, se dio el pasado domingo 1 de octubre, en el sector de la isla Darwin, al noroeste de las islas Galápagos.

Peter Freire, Buzo ecuatorianoCortesía

En diálogo con EXTRA, Freire, de 54 años y con más de 25 años como guía de buceo, cuenta que en el momento del suceso él viajaba con un grupo de turistas europeos, atraídos por la naturaleza y quienes decidieron contratarlo por su experiencia en el mar.

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Ellos querían divisar tiburones ballena, que en esta época del año suelen llegar siguiendo la corriente de Humboldt. Precisamente, "tanto la isla Darwin como con el islote Wolf son considerados un santuario de especies", señala Freire. Entre junio y diciembre suelen llegar los tiburones ballenas atraídos por la corriente y por sus cálidas aguas, que se encuentran con una temperatura de  entre 24 y 26 grados.

La red y cabos con que se había enredado el tiburón ballena ya le estaban causando daños en la piel, pues por la presión se le estaban incrustando.Cortesía Peter Freire

"En el momento con la adrenalina, la emoción y el deseo de salvar al tiburón ballena, nunca medí el peligro ni nada", asegura Peter Freire, al contar que su primera reacción al ver al animal fue acercarse a ayudarlo. Sacó su cuchillo y comenzó  a cortar, mientras los turistas alemanes que viajaban con él comenzaron a filmar la escena.

Pero esto no fue nada fácil. "Sobre el lomo del pez yo cortaba y cortaba. Por suerte, este ayudó pues siguió unos 3 minutos en línea horizontal, pero luego empezó a descender lentanmente. Desde los 18 metros bajamos hasta los 26,7 metros cuando por fin terminé de cortar el cabo y las redes", cuenta un entusiasta Freire.

"Al tiempo que descendía iba chequenado el aire y la información que me daba la computadora de buceo", explica, pues "al usar una mezcla de aire con nitrox al 32%, que contiene más oxígeno que el aire atmosférico, que es de 21%, tenía un límite de profundidad de 34 metros".

Finalmente, uno de los turistas que buceaba con él le ayudó a halar la malla y cabo, que "cayeron hacia aletas pectorales, ya ahí con la presión y al descender el tiburón ballena estas caerían de su cuerpo", señala el buzo.

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