A Alfonso Fonte Cuascota, alias Caluqui, lo capturaron la madrugada del miércoles 18 de enero en su casa de Huaycopungo, comunidad indígena de la provincia de Imbabura. Según la Policía, él sería uno de los líderes de una poderosa banda ecuatoriana que abastecía a estructuras criminales del país y Colombia.

Fonte pasó de ser presidente de la comunidad indígena Caluqui en 2016, a responder ante la justicia por el delito de delincuencia organizada en concurso con tenencia, porte, comercialización o transporte no autorizado de armas de fuego, municiones y explosivos.

Su nombre ya había sido mencionado en casos por robo, asalto e incluso fue investigado por una amenaza de muerte que se archivó por falta de colaboración de la supuesta víctima.

Caluqui, catalogado como un blanco de alto valor para el Estado, y 18 personas más cayeron en el operativo ‘Frontera Armada’ ejecutado por la Fiscalía, la Policía y Fuerzas Armadas, y que contó con el apoyo de inteligencia colombiana.

Los allanamientos y capturas se ejecutaron en las provincias de Carchi, Imbabura, Pichincha, Cañar, Azuay, El Oro y Loja. Según el ministro del Interior, Juan Zapata, este golpe se dio después de un año de investigaciones que derivaron en la captura de más integrantes de la banda y la incautación de material bélico, principalmente de fabricación peruana.

EXTRA investigó el caso y estableció con fuentes militares la veracidad de seis informes de inteligencia, del primer trimestre del 2022, que detallan al menos 30 acciones de las autoridades en diferentes regiones del país, en contra de estructuras que actúan de manera casi idéntica a la de Fonte.

Datos de inteligencia

Estos documentos, a los que accedió este Diario a través de labores investigativas, son una radiografía sobre cómo opera el narco en Ecuador. En efecto, en estos se detallan decomisos de fulminantes, tacos de dinamita, mecha lenta, sacos de nitrato de amonio, cápsulas explosivas, cordón detonante, municiones de diferentes calibres, fusiles, escopetas, pistolas y cientos de kilos de cocaína de alta pureza, además de marihuana.

Además, se explican rutas y coordenadas exactas donde se han realizado las incautaciones. Entre estas sobresale la detención, el 23 de febrero de 2022, de un camión modelo 1991 marca Hino que estaba cargado con 79.800 fulminantes de fabricación peruana. El vehículo fue interceptado en una vía terciaria del sector del río Carchi, a 5,4 kilómetros de Tulcán y a escasos 650 metros de la frontera con Colombia.

En el informe, autoridades ecuatorianas cuestionan que este material producido por una empresa privada del Perú que identifica, documenta y registra cada etapa del proceso de producción y despacho, no haya logrado impedir el desvío de explosivos que terminan en manos criminales. Además, advierten que el destino de parte de estos elementos serían los Grupos Irregulares Armados de Colombia (GIA).

“Los controles permanentes que se realizan por parte de las FF. AA. y P. N. no restringen en su totalidad las actividades ilícitas relacionadas al crimen organizado (…) evidenciándose la presencia de individuos que portando material explosivo estarían realizando actividades ilegales (…) sin descartarse que tengan vínculos con estructuras narcodelictivas que operan en los municipios de Samaniego, Policarpa y Cumbitara, en Nariño (Colombia)”, se lee en uno de los informes.

Otros dos decomisos ocurrieron el 9 y 10 de marzo de 2022 en las provincias de Zamora Chinchipe y Azuay, respectivamente. En ambos, militares decomisaron cerca de 3.000 tacos de dinamita, unos 3.300 metros de mechas de seguridad y armas y municiones de origen peruano, italiano y estadounidense.

El general Juan Carlos López, director de Inteligencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, reconoció el tránsito de armamento desde Perú hacia Colombia a través de pasos ecuatorianos.

De acuerdo con el alto oficial, en El Oro, Loja y Zamora existen intensas disputas por yacimientos de minería ilegal y, aunque buena parte del material explosivo que llega desde Perú es usado para esta actividad ilícita, hay evidencia de que otra parte termina en manos criminales.

De hecho, en la reciente captura de 19 personas, se los vincula con los atentados ocurridos en Guayaquil y Durán el 1 de noviembre del año pasado.

Narcorrutas y bicis

“Hay vínculos. Desde El Oro están circulando hacia la frontera norte armas, municiones y también, en cierto modo, hay material que se queda en los grupos delincuenciales que están tomando fuerza en el país. Las Fuerzas Armadas están tomando acciones directas para contrarrestar este problema, tanto en la frontera norte como en la frontera sur”, explicó López

En los informes de inteligencia que comparten autoridades de seguridad peruanas, ecuatorianas y colombianas, también se han establecido algunas de las rutas que usan los criminales para movilizar armamento y estupefacientes. En efecto, en una de las reuniones de 2022 de la Comisión Binacional Fronteriza (Combifrón) se detallaron al menos 6 corredores de movilidad terrestre y 3 de movilidad marítima.

En estos encuentros se han compartido datos que corroboran que las actividades de Tráfico de Armas, Municiones y Explosivos (Tamex) están íntimamente relacionadas con el narcotráfico y microtráfico de sustancias sujetas a fiscalización, delincuencia común y organizada, así como la minería ilegal, que emplean las armas de fuego y municiones para continuar con los ilícitos.

El camión interceptado cerca de Tulcán en febrero de 2022 estaba a solo 153 kilómetros de donde fue capturado alias Caluqui y es el punto final de una de las rutas críticas, que comprende vías secundarias y terciarias del país.

En particular, esta ruta tiene su origen en Huaquillas, sigue a Milagro, Quevedo, Santo Domingo, Quito, Ibarra y termina en Tulcán. Otra de las narcorrutas es Huaquillas, Milagro, Quevedo, Ambato, Tena, Lago Agrio y Putumayo, en Colombia (ver gráfico).

18 métodos de transporte

Pero más allá de los caminos ya identificados, llaman la atención las modalidades de transporte de cajas con explosivos, municiones y estupefacientes. Inteligencia detalla al menos 18 métodos.

Uno es el traslado tipo hormiga, de 4 a 6 cajas, utilizando estibadores (personas que trasladan alimentos en bicicletas) llegando hasta Huaquillas. Otras modalidades son el uso de taxis y mototaxis y el acopio de elementos ilegales en centros de almacenamiento de fincas bananeras y camaroneras.

Para esto vinculan a propietarios de estos predios al negocio criminal, ya sea de manera voluntaria o a la fuerza.

“Hay apertura de caletas o bodegas del lado del Perú sacando pacas o cartones que serían trasladados hasta las fincas o viviendas establecidas en el Ecuador, donde serían enterrados o encaletados en forma temporal”, dicen los documentos.

También se ha detectado la entrega de coimas a funcionarios públicos para evadir controles, el empleo de vehículos ‘campaneros’ que alertan oportunamente de la presencia de operativos, el uso de menores de edad y mujeres embarazadas, el paso a pie por retenes para evitar ser registrados por la fuerza pública, el empleo de sitios aparentemente abandonados para camuflar o enterrar la droga y el ocultamiento de sustancias y armas en alcantarillas y baños públicos.

En cuanto a rutas marítimas, todas se originan en Puerto Bolívar (Machala) y salen directamente hacia Europa (atravesando Panamá), Centroamérica, Norteamérica y una más hacia Chile y Perú.