Con naipes, juegos de mesa o una buena tertulia les tocará pasar este fin de semana las catorce horas diarias de apagones a las familias guayaquileñas, que si bien piensan que durante el día pueden encontrar formas de entretenerse, para las noches la cosa se pone más complicada.

(Lea también: Cortes de luz Quito: la ingeniosa forma en la que ingeniero mantiene internet en apagones)

Lorena Calle, madre de familia, decidió al mediodía de ayer dar un paseo junto a su hijo en el parque Forestal (avenida Quito y El Oro), al sur de la urbe, para no pasar en casa a oscuras.

“Como los apagones también perjudican el trabajo, no hay dinero para salir a un centro comercial u otra actividad costosa, solo queda venir al parque o tal vez ir a una piscina pública, pero al mismo tiempo esperando que el peligro no nos aceche. De noche no sé qué vamos a hacer para soportar el calor y los mosquitos. En mi caso, la luz se irá de siete a doce de la noche”, expresó.

Víctor Torres, habitante del centro de la ciudad, coincidió y consideró lamentable que “hemos retrocedido treinta años en el tiempo, esta situación hace recordar a la hora Sixtina (decretada en 1992 por el entonces presidente Sixto Durán Ballén, que ordenó que la jornada laboral iniciara una hora antes, para hacer frente a una crisis energética de aquel entonces) y no solo eso sino que nos estamos acostumbrando a que, por ejemplo, nos quitan dos horas de los cortes, y lo celebramos como triunfo”, criticó.

Para Torres, la única solución inmediata para la situación es que “Dios se ponga de nuestra parte, siempre he dicho que él es ecuatoriano, así que esperemos que mande las lluvias y todo se arregle”.

Los adultos mayores, en cambio, ven un lado positivo a los cortes de energía, porque “es una buena oportunidad para fortalecer la relación familiar. Si no se puede ver televisión, tocará divertirse como lo hacían los abuelos, con juegos caseros, naipes o dados; en las noches sí es más difícil, pero se puede entretener a los niños con cuentos e historias”, consideró Sergio Flores, sexagenario residente del Suburbio porteño.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!