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Familiares de reo eran extorsionados desde la ‘Peni’, les exigían $ 500
Parientes tenían esperanza de que en la audiencia lo dejarían en libertad, pero no hubo diligencia, porque les informaron que hace 13 días le habían dado ‘vire’.
Los familiares de Isaías Josué Tituaña Espinoza no supieron de su muerte hasta el día en que se desarrolló la audiencia de juicio directo en la que se definiría su situación legal. ¡Amarga sorpresa!
La diligencia judicial fue convocada para la mañana del viernes 3 de junio, pero ese mismo día el fiscal les reveló que Isaías no asistiría porque estaba muerto y que desde el pasado 21 de mayo su cuerpo permanecía en el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil.
El joven, de 22 años, fue detenido dos días antes, acusado de robar una lámpara de un domicilio situado en el sur de la ciudad. Luego de la audiencia por robo en la que le ordenaron prisión preventiva, fue trasladado hasta el Centro de Rehabilitación Social de Varones, también conocido como Penitenciaría del Litoral.
Su madre, Gina Espinoza, relató que desconocía que su hijo estaba preso hasta cuando desde la cárcel se contactaron con un pariente para exigirle 500 dólares a cambio de no matarlo.
“El 21 de mayo se contactaron con un pariente y le dijeron: ‘pagan o lo matamos’, pero nosotros no teníamos cómo pagar esa suma y preferimos conciliar con la señora a la que mi hijo le robó la lámpara y buscarle un abogado para que lo saque. Él era consumidor y por eso robaba para el vicio”, contó entre lágrimas la madre.
Otro allegado de la víctima reveló que la persona que los contactó por Messenger se identificó como el Patrón y que les advirtió que de no cancelar iban a cumplir la amenaza de matarlo.
“Le dije que nos dieran tiempo para conseguir el dinero y me contestaron: ‘parece que tú no quieres a tu familiar. Estás hablado con el Patrón’, de ahí no volvimos a saber más de mi sobrino hasta la audiencia en que nos informaron que lo habían matado. Estábamos confiando que lo íbamos a sacar, pero ahora lo llevamos en una caja”, sostuvo el pariente.
Mas este no es el único dolor que aflige a Gina, la menor de sus hijas, también es adicta a la droga y se encuentra en su octavo mes de embarazo. “Mi sobrina es consumidora y para colmo embarazada, ya no sabemos qué hacer para ayudarla”, lamentó. (AEB)