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La recolección de desechos dentro de las aulas está asignada en estos días a los docenres, aunque no todos están de acuerdo con ellos.Nelson Tubay

Hay más alumnos pero faltan conserjes para limpiar las escuelas

La pregunta entre docentes y padres es quién se encargará del aseo. Educación dice que aún espera los recursos para contratar ese servicio

El retorno a clases presenciales en la Costa estaba anunciado desde hace meses para los primeros días de mayo. No obstante, esa planificación olvidó un tema clave: ¿quién se hace cargo de la limpieza de las aulas, patios y servicios higiénicos?

 La falta de conserjes y encargados del aseo e incluso de la guardianía de los establecimientos educativos públicos data desde antes de la pandemia. Como publicó este Diario, la razón de ello es que se dejó de asignar nuevas partidas para esos cargos y de reemplazar a quienes se jubilaban. El resultado fue un déficit creciente de ‘auxiliares de servicios generales’.

Esto afecta más a las escuelas, que normalmente solo tenían uno; pero también, aunque en menor grado, a los colegios, a los que usualmente les asignan más si superan los mil alumnos.

En los dos últimos años, la ausencia de este personal fue disimulada por la pandemia, aunque igual se vio reflejada en los continuos robos a los locales educativos, así como en el estado de abandono de la mayoría.

Ahora, con la vuelta a la presencialidad, la falta de personal que se encargue de la limpieza vuelve a causar dificultades en los planteles. Según comentan directivos y profesores a este Diario (anónimamente, por la prohibición de dar declaraciones públicas a los medios sobre temas de sus instituciones), en estos días iniciales lo están resolviendo con la colaboración de algunos docentes y padres de familia, confiando en que esta situación sea solo temporal.

 Pero eso es algo que no todos los maestros y padres están dispuestos a hacer. “Hay compañeros que se incomodan y alegan que no tienen la obligación de asumir esas tareas. También hay madres y padres que no quieren colaborar a menos que les paguen”, afirma un profesor de una escuela del norte de la ciudad que supera los 500 alumnos.

Además, según acota la directora de otro plantel del suroeste de la urbe, no se trata solo del aseo: “Aquí no tenemos quién reemplace el herraje de un baño cuando se daña, un foco cuando se quema o una llave que gotea”.

Coincide en que el aporte de la comunidad es mínimo. “Tenemos casi 450 estudiantes, pero son solo cinco o diez madres las que siempre nos apoyan”, dice la autoridad y afirma que igual ocurre en la mayoría de escuelas.

La Unión Nacional de Educadores (UNE) estima que el 70 % de los planteles públicos de la ciudad tiene este problema. El Frente Unionista de Trabajadores de la Educación (FUTE) no da cifras, pero coincide en que es “la gran mayoría”. 

El año pasado, este gremio dirigió un oficio al Ministerio de Educación para solicitar que se contrate personal para ese fin en las escuelas públicas, pero no obtuvo una respuesta favorable.

Consultado por este Diario, Educación no precisa cuántos locales carecen de conserjes y solo afirma que hay 394 en la Zona 8. Esto es, para los 649 planteles públicos de Guayaquil, Durán y Samborondón. Y como ya se indicó, ni siquiera uno por local.

Sobre el tema del aseo, señala que según la normativa vigente, “la necesidad de conserjes debe ser cubierta mediante contratos con empresas de limpieza”. Y agrega que está a la espera de la respectiva asignación presupuestaria para hacer la contratación.

Pero no da una fecha para ello ni tampoco indica hasta tanto quién debe encargarse del aseo en las escuelas y colegios.