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Explosión en Quito: La casa donde se originó el siniestro debe ser derrocada
Funcionarios en riesgos evaluaron el inmueble ubicado en La Florida, norte de Quito. Una adulta mayor prendió una vela y había fuga de gas
Recoger los escombros de una casa tomó varias horas, luego de que a las 5:00 de este viernes 8 de noviembre se registrara una explosión que asustó a los vecinos de las calles José Herbozo y Machala, del barrio La Florida, norte de Quito. Aunque al menos cinco viviendas resultaron afectadas, una quedó inhabitable.
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Se trata del inmueble donde sucedió la deflagración. Santiago Ponce, jefe de seguridad ciudadana y gestión de riesgos de la Administración Zonal Eugenio Espejo, explicó a EXTRA que la estructura está semicolapsada. La recomendación fue que lleven a un técnico para el derrocamiento de la casa y hacer una reconstrucción".
Este Diario se acercó al sitio e intentó conversar con los habitantes de la vivienda, pero pidieron privacidad, sobre todo porque uno de sus miembros debió ser llevada a una casa de salud. Según el Cuerpo de Bomberos de Quito, una mujer de 84 años fue atendida por quemaduras y traumas tras la explosión.
Una vela detonó la explosión en La Florida
La versión de los vecinos es que la adulta mayor se levantó al baño a las 5:00 y al no haber energía eléctrica prendió una vela, que al hacer contacto con el gas en el ambiente detonó la deflagración. Hugo Salazar, dueño del gimnasio que también fue afectado, comentó que la vecina vivía con sus hijos y nietos. "No estaba sola, pero sí fue la más afectada".
Patricio Yánez, quien vive en la casa adjunta a la más afectada, relató que creyó que se trataba de un terremoto, hasta que salió con su nieto a ver lo que sucedía. "La casa de los vecinos estaba práctimente en la calle. Todo salió volando", comentó.
Esta semana, el horario de cortes de luz en el sector fue de tres a seis de la mañana y de tres a seis de la tarde.
Vecinos buena onda
Tanto Hugo como Patricio evaluaban los daños en sus inmuebles hasta la tarde de ayer. Sobre todo para tomar correcciones si se hallaban daños estructurales. "Yo tengo varios vidrios rotos y una cuarteadura en la pared", dijo Patricio.
El gimnasio de Hugo se quedó con todos los vidrios rotos y las máquinas de ejercicios debieron entrar a revisión por la magnitud de la onda expansiva. "Estuvimos justo al frente de la explosión. Son vidrios gruesos de 6 milímetros que no soportaron", agregó el vecino.
Sin embargo, decidieron asumir ellos mismos los gastos de las reparaciones pues están conscientes que sus vecinos no estarán en la capacidad de responder por los daños. "Ya tienen suficiente desgracia con haberlo perdido todo", aseveró Patricio.
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