Si la vecina le dijo que para perder los ‘gorditos’ se coma una bandejota de ensalada, con harto limón “para que le corte la grasa” y un pedazo de pollo, pero que no ingiera ni un grano de arroz en la noche, no le ha dado un buen consejo. ¡Es todo lo contrario!

El arroz, así como el pan, los fideos, las galletas, los cereales, las papas y el maíz, se encuentran en el grupo de los carbohidratos, uno de los tres macronutrientes que el cuerpo necesita para su correcto funcionamiento, además de las grasas y las proteínas.

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Por lo tanto, no es que el alimento sea el ‘veneno’, sino que otras variables son las incorrectas. La endocrinóloga Cecilia Solís-Rosas, miembro del Consejo Consultor de Nutrición de Herbalife, explica que siempre se debe tener en cuenta las porciones que se consume de estos alimentos, además de su aporte nutricional. “Lo que se recomienda es que la última comida se realice tres horas antes de ir a descansar”, menciona.

La nutricionista Ana María Jiménez, experta en salud digestiva, dice que el eximirse de algunos alimentos podría provocar todo lo contrario a lo que se plantea inicialmente: “Evitar comidas completas puede llevar a antojos nocturnos provocando que la persona termine consumiendo mayor cantidad de calorías a lo largo del día”.

Por otro lado, ella resalta los beneficios de este tipo de macronutriente, que, además se divide en simples (miel, frutas o leche) y complejos (yuca, papa, camote, verde), son variados, ya que van desde mantenerlo con una sonrisa en la cara hasta regularle la ‘ruca’. “Estos mejoran la salud digestiva y ayudan a mantener niveles de azúcar en sangre estables. Además, se ha demostrado que los carbohidratos pueden influir en los niveles de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y el sueño”.

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