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Elecciones 2023: Votaciones, sin relajo ni puñete
Vendedores de comida, jugos, agua y más, se quedaron varados. Policías la pasaron 'a vaca' esta vez.
Para quienes están acostumbrados al relajo estas pueden haber sido, quizá, las elecciones más aburridas desde la vuelta a la democracia en Ecuador, hace 44 años.
Hay que ser precisos: para quienes gustan del relajo. Porque de ahí en más, entre las molestias de siempre por los retrasos, el caos en el tránsito y los apuros por votar, todo fue normal.
Lo frecuente ha sido el ‘pito venteado’ en las afueras del Consejo Nacional Electoral (CNE), ni bien terminaba el proceso y se cerraban las urnas. Ya a las cinco de la tarde, decenas de policías custodiaban el área. Y entonces empezaban los empujones, insultos y puñetizas entre seguidores de los diferentes grupos políticos que pugnaban por entrar al salón donde se realiza el conteo de votos. La idea era defender los votos para su candidato.
En medio de todo ese tumulto de ‘hinchas’ de la política, los favorecidos eran los vendedores ambulantes, quienes consolaban a los perdedores con un plato de comida y a los vencedores con un manjar y hasta ‘bielas’ tapiñadas, pese a seguir en ‘ley seca’.
Y no es que extraña la violencia ni mucho menos, como lo reconoce Manuel Cajamarca, vendedor ambulante de agua de boldo. “Vine para vender a los policías y la gente, pero esto no es como las anteriores veces. No he vendido nada, casi no hay gente”.
Anoche, a las afueras del CNE predominaba el silencio. Solo se escuchaba, de vez en cuando, el resoplido de alguno de los ocho caballos que habían llevado a ‘pasear’ como parte de la Policía Montada.
Cerca de estos se formaban los charcos de orines que ambientaban el recinto. Hasta las autoridades se asombraron de la situación. Los momentos de calma también lo aprovechó uno de los militares, quien hacía una videollamada con una mano a su ‘peor es nada’, mientras la otra sostenía su fusil.
Incluso, los momentos de calma fueron aprovechados por algunos policías de antimotines para entrar a un supermercado de la zona y refrescarse.
Manuel Dueñas, vendedor de una tienda, comentó que la noche ha sido diferente a otras elecciones, cuando esperaban con ansias esa fecha porque aumentaban sus ventas. Esta vez ‘cero, Polito, cero’.
Ningún candidato vino al CNE. No se presentó ninguna escena polémica ni encontronazo entre los diversos partidos políticos. Cada quien estaba en su sede, en aras de los resultados.
Incluso, Érica Hernández, quien trabaja vendiendo comida, recordaba que en años anteriores el ‘relajo’ era grande, las personas se pegaban y luego terminaban comiendo juntas, como si nada hubiera pasado.
“No sé qué pasó hoy. Esperábamos gente y no vino nadie. Los que más compraron hoy fueron policías”, aseguró.
Al final de la noche lo único que predominó fueron los murmullos dentro del CNE. Y afuera, la espera y la desesperanza de los vendedores ambulantes. Lo político se trasladó a salones privados entre los candidatos y sus seguidores. Sin relajo. Sin bulla. Aburridos y tensos.