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En Ecuador cada cuatro horas una persona es secuestrada
Guayas y Los Ríos son las provincias más críticas. Cámaras de seguridad han registrado el accionar de los delincuentes. Así obtienen dinero limpio
El mayor temor de Mariana es que en ella se repita la historia de su colega Luis Cobos. El docente, quien labora en el colegio Fermín Vera Rojas, ubicado en el noroeste de Guayaquil, fue secuestrado el viernes 17 de mayo. Para su liberación, sus familiares tuvieron que pagar 7.000 dólares a sus raptores.
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La profesora, de 44 años, desde hace siete meses es víctima de extorsión y los delincuentes le han advertido que si no cancela 200 dólares mensuales la van a secuestrar y “le irá peor”.
Hilario Beltrán, presidente de la Unión Nacional de Educadores (UNE) en Guayas, manifestó que para precautelar su vida, la maestra, quien desde hace tres años labora en el mismo distrito que Cobos, imparte sus clases de manera virtual e incluso cambió de domicilio. “Los maestros estamos expuestos a muchos peligros. Hay docentes que incluso los han amenazado de muerte. El profesor Cobos no ha regresado a trabajar y se entiende, seguro teme por su vida”, expresó.
El secuestro es uno de los delitos que se ha vuelto común en Ecuador en los últimos dos años. Del 1 al 22 de mayo de este año se ha reportado el rapto de 935 personas, 216 más que el 2023, en el mismo período.
El Distrito Metropolitano de Guayaquil (Guayaquil, Durán y Samborondón) es el que registra el mayor número de casos (448), le sigue Los Ríos (130), el Distrito Metropolitano de Quito (101), Santo Domingo (41), Manabí (38), Guayas (35), Azuay (30), El Oro (21) e Imbabura (20).
El teniente coronel Luis Cano, jefe nacional de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), informó que en las últimas 72 horas (entre lunes y miércoles) su unidad investiga 10 casos de secuestros: cuatro en la provincia de Los Ríos, cuatro en Guayas, uno en Manabí y uno en El Oro.
“Las provincias más críticas son Los Ríos y Guayas. En el caso de Los Ríos, los cantones de Quevedo y Buena Fe y en Guayas, Durán y Guayaquil. En muchos casos las víctimas no son escogidas de forma selectiva, sino de oportunidad. Las interceptan en ejes viales, afuera de su casa o en la calle”, indicó el jefe de la Unase.
Desde este lunes 20 de mayo, en redes sociales comenzaron a circular videos en los que se observa cómo delincuentes se ‘apoderan’ de manera violenta de sus víctimas para luego exigirles dinero a los familiares a cambio de sus vidas. Las grabaciones pertenecen a hechos registrados en Los Ríos, Guayas y Santa Elena.
El más reciente de los casos fue el secuestro de dos ciudadanos, la noche de este martes 21 de mayo, en las calles 11 y 4 de Noviembre, en el suroeste porteño. Sujetos armados a bordo de vehículos interceptaron a los ocupantes de un carro negro y, a la fuerza, se llevaron a dos de ellos.
El mismo día, en el barrio Las Crucitas, en la ciudad de Santa Elena, una joven de 22 años fue secuestrada cuando llegaba a su casa. El hecho quedó grabado por la cámara de vigilancia del inmueble donde reside la chica, quien es hija de un comerciante
El teniente coronel Cano afirmó que estos casos y los ocurridos en otras provincias están en investigación y que la Policía se encuentra trabajando para dar con las víctimas y los responsables. “El primer protocolo a seguir es llamar al ECU911, contamos con especialistas que darán el respectivo asesoramiento hasta que los familiares pongan la denuncia. Es necesaria la colaboración de la ciudadanía, la vida personal y laboral de una persona debe ser privada. Incluso, hay aplicativos de seguridad que permiten ubicar a las personas”, afirmó.
Por su parte, Kléber Carrión, fundador de la Unase y experto en seguridad, sostuvo que las extorsiones y secuestros se han vuelto un delito más rentable para las organizaciones criminales que buscan la manera fácil y rápida de obtener ‘dinero limpio’.
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“Existe una pseudoindustria del secuestro y la extorsión. El narcotraficante, el delincuente se dio cuenta de que a través de esta actividad puede adquirir dinero limpio porque no existe la contraparte, solo tener en cautiverio a una persona y en el tema de la extorsión es mandar un mensaje que cause miedo o dar dos o tres tiros a una casa, a un local y las personas claudican”, expresó.
Para el experto existen dos tipos de secuestro, el de oportunidad y el planificado y a su criterio los dos son los que están afectando a la ciudadanía que ahora vive con el temor de ser el próximo ‘banco’ de estos criminales.
Crece el temor en la ciudadanía
Frente a esta situación, los guayaquileños se sienten desprotegidos e ignorados. Nathalia Verduga, líder comunitaria de Sauces, critica que las medidas tomadas funcionen por apenas semanas y que el tema de la seguridad, sobre todo, no sea tomado en serio por los funcionarios.
“Guayaquil, la provincia entera, así como otras ciudades del país se están desangrando; y en la Asamblea nadie mueve un dedo por agilizar proyectos que permitan luchar contra el cáncer de la inseguridad y la violencia. Se supone que aumentó el IVA, que estamos pagando un poco más, para atribuir a la lucha. Pero, seamos sinceros, estamos peor que nunca. Hoy los que nos atacan son unos sanguinarios”, precisó la ciudadana, que solicitó que no se publique la manzana y etapa en la que vive por temor a las bandas criminales.
Que hoy no hay zona de la ciudad que se salve de su presencia, sentenció. “Están en todos lados, captando jóvenes, sembrando droga, matando muchas veces a personas inocentes...”.
Para el arquitecto Luis Chica, líder de la Alborada, las acciones que se están ejecutando, “aunque las intenciones sean buenas”, no son suficientes.
“Los municipios no están ejecutando acciones o no se han unido a los lineamientos de la Policía o el mismo Gobierno para erradicar el problema. Hay que remar hacia el mismo lado. Y en el caso de la Alcaldía de Guayaquil, esta no lo está haciendo, no se pronuncia ni hace nada. ¿Por qué no trabajan tampoco entre Alcaldías? ¿Por qué no se unen para tener una sola fuerza?”, cuestionó Chica.
Hace apenas dos días, una joven de 27 años, quien habita en Álamos Norte, fue víctima de un secuestro express en el que los delincuentes, más allá de vaciarle sus cuentas, le causaron un shock que la ha tenido en casa desde entonces.
“Mi hija no ha podido ir a trabajar, ni se atreve a salir de casa así sea con nosotros. Llora tanto que me asusta. Yo agradezco tanto que esté con vida, pero me indigna hasta el extremo ver como otros no tienen la suerte de salir de una escena de este tipo; o de no tener como pagar un rescate. No es vida resistir. Los guayaquileños lo que estamos haciendo es sobreviviendo y nada más”, pensó su mamá, Estrella Castillo; quien como Carlos Guerrero, líder comunitario de Sauces, exige que los militares salgan a las calles.
“¿Por qué no están trabajando con rigor? Basta de tenerle pena a los criminales”, argumentó.
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