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Los familiares de la fallecida colocaron un altar en su vivienda, en el cantón Durán, en Guayas.JIMMY NEGRETE

En Durán anhelan sepultar a ecuatoriana fallecida en desierto de Arizona

La mujer viajaba junto a su hija. Ellas salieron de Ecuador en abril pasado y fueron sometidas a un calvario por los denominados coyoteros.

El sueño que Mayra Alejandra Giler Bravo tenía por establecerse en los Estados Unidos se esfumó junto a su vida en el desierto de Arizona, a pocos pasos de cumplirlo. Su corazón no resistió a la larga caminata a la que fue sometida y dejó de latir.

Junto a ella viajaba su hija, Judy Layla Castañeda Giler, quien en su desesperación por salvarla, tras ser abandonadas en medio de la nada, buscó un retén fronterizo y pidió ayuda a un equipo de emergencias estadounidense.

Sin embargo, a pesar de los intentos por reanimarla, la madre falleció y fue trasladada a una morgue del país norteamericano, mientras que a la hija la llevaron a un centro de detención de migrantes.

"Por favor, no viajen de esta forma. Es lo peor que pueden hacer. No se dejen engañar porque lo que se vive es realmente terrible”.
Javier Castañeda, esposo de Mayra.

La muerte y la retención ocurrieron el pasado 10 de agosto, cuatro meses después de que Mayra y Judy tomaran un vuelo desde Guayaquil para emprender esta travesía mortal (ver infografía).

Ellas habitaban en una modesta casa en la periferia del cantón Durán, en Guayas. En ese lugar, los familiares han elevado un altar con fotografías y cartulinas con textos escritos a mano, en los que manifiestan sus sentimientos.

“Siento dolor, rabia e impotencia de no poder hacer nada por mi esposa e hija (...). Ayúdenme, por favor”, se lee sobre uno de los soportes, de color blanco, con tres imágenes pegadas sobre él: una de Mayra, otra de ella con su hija y una con su cónyuge, Javier Castañeda.

Y es justamente él quien ha alertado de este caso, desconocido hasta el 16 agosto por la ciudadanía en general, para pedir que le ayuden a repatriar los restos de su amada y que su hija pueda ser deportada al país sana y salva, lo antes posible.

“No sabemos qué hacer. Hemos acudido a las autoridades, nos han pedido que mandemos un correo contando todo el caso y así lo hicimos”, sostiene. No obstante, hasta la mañana de ayer, no obtenía respuesta.

El papá de Mayra, José Antonio Giler, también estaba desconcertado. El hombre, oriundo de Manabí, dijo entre sollozos que quiere tener un cuerpo sobre el cual llorar, para despedirse y hacerle honras fúnebres en Durán. “Quiero darle una cristiana sepultura, en su país”, lamenta el progenitor.

Esta la vista que las migrantes tenían desde una de las bodegas en las que permanecían encerradas.Cortesía

Le ‘vaciaban’ el teléfono

Javier Castañeda cuenta que en ciertos días Mayra podía usar su teléfono celular, para llamarlos o escribirles, pero luego de eso, las personas encargadas de su custodia eliminaban todos sus registros, fotografías, textos o cualquier cosa que hubieran hecho. “Le borraban todo”, enfatiza el cónyuge.

El esposo recuerda que por eso, lo único que conservan de ellas son las fotos que se hicieron en Ciudad de México, antes de irse con el coyotero, aunque también tienen una imagen de la vista hacia el exterior que su mujer y su hija tenían desde una de las bodegas.

Doloroso cumpleaños

Mayra Giler deja tres hijos en la orfandad: Judy, quien viajó junto a ella; un varón, de 2 años, y una niña, quien hoy cumple 11 años y recibe el consuelo de su padre y abuelos.

Los migrantes deben pagar caro por el riesgo de morir

El viaje irregular de ecuatorianos por las fronteras de México con Estados Unidos es altamente costoso, con un precio promedio de $ 15 mil por persona.

Si se multiplica el número de ecuatorianos detenidos entre octubre de 2020 y julio de este año, que son 71.945, se podría hablar de un monto de 1.079 millones de dólares, por concepto de viajes ilegales con coyoteros y mafias internacionales que trafican con migrantes.

Según los cálculos de la organización de ayuda 1800migrante.com, si las cifras continúan al mismo nivel “y llegamos a los 100 mil ecuatorianos expulsados hasta finales de septiembre próximo, el Ecuador estaría perdiendo más o menos 1.500 millones de dólares” en un solo año.

William Murillo, de la citada organización, precisa que aunque estas cifras son oficiales, también habría que considerar el gran número de migrantes que sí logran burlar los controles y cruzan la frontera de forma irregular.