“Nos encerraron y nos trataron como animales, supuestamente era un albergue, era una jaula, hasta para ir al baño esposados. Así como nos trataron le digo a los ecuatorianos que no vayan por Panamá”.

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Ese es el relato y el lamento de Kleber Congo, uno de los 30 ecuatorianos que llegaron al aeropuerto de Manta, antes de la medianoche de este viernes 30 de agosto, tras ser deportados desde Panamá.

Congo hace dos semanas había salido desde su tierra natal, Quito. Sin embargo no pudo conseguir su objetivo en búsqueda de días mejores y una economía más estable.

“En la Migración nos trataron como perros, dormíamos en el suelo, yo lo voy a seguir intentando pero será por otra vía”, reveló Congo, quien pese a la adversidad levantó su pulgar.

Así como está son varias las historias dramáticas. Los galenos y psicólogos que llegaron a atender a los deportados se encontraron con cuadros de depresión y ansiedad.

“Varios llegaron con indicios depresivos, invirtieron su dinero, su tiempo y no lo han logrado. Otros les tocó separarse, uno de ellos se quedó solo porque su esposa e hijos si pudieron pasar”, reveló uno de los galenos que atendió a los viajeros.

Desde la Cancillería del Ecuador se informó que el Gobierno de Panamá, de conformidad con su política sobre la gestión de la migración irregular y su legislación nacional, ha iniciado un proceso de deportación dirigido a ciudadanos extranjeros que ingresaron al país de manera irregular, especialmente a través de la selva del Darién.

“Ecuador, a través de la Embajada en Panamá, ha mantenido una comunicación continua con las autoridades panameñas, a fin de establecer las condiciones necesarias para que se realicen estos vuelos de repatriación, garantizando el respeto de los derechos de los ciudadanos ecuatorianos deportados, en tanto se negocia un Memorando de Entendimiento con el objetivo de establecer parámetros claros para un proceso ordenado y seguro”, detalla un comunicado.

Los ecuatorianos fueron atendidos por varias instituciones y luego trasladados en un bus urbano hasta la terminal terrestre de Manta para que puedan dirigirse a cada uno de sus hogares.

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