La Policía se puso más ‘pilas’ con los buses interprovinciales que llegan a la capital, pues algunos ya no solamente traen pasajeros o turistas. Ahora también vienen ‘cargaditos’ de armas traumáticas.

Tras la captura de dos sujetos que traían siete pistolas de esta clase con 200 municiones a la terminal de Quitumbe, sur de Quito, la Policía Judicial (PJ) determinó que se trataría de una banda organizada que estaría armando a las estructuras criminales que operan en la urbe.

Según la indagación, el objetivo es entregar “a personas o grupos delictivos para su uso en delitos de robo de domicilios, robo de personas, robo de vehículos y robo a unidades económicas”.

Cómo operan

El teniente coronel Jairo Barrera explicó que los dos detenidos en Quitumbe pertenecerían a una banda que coordina la compra de armamento a grupos delictivos de Colombia. Luego ingresan por lugares clandestinos hacia Tulcán, en Carchi, y viajan hacia la capital en buses interprovinciales.

En el caso de Quitumbe, los sujetos tenían guardadas las armas entre los asientos de los pasajeros, la cabina del conductor y encaletadas en la carrocería. Los sospechosos fueron detenidos mientras intentaban cruzar el armamento a un individuo que los esperaba en una motocicleta, la cual estaba reportada como robada. El tipo huyó.

Según la PJ, los implicados en este tipo de situaciones se las saben todas para intentar evitar ‘la cana’. “Usan estas armas al momento de la intimidación para cometer el hecho delictivo”.

Por ejemplo, en un atraco, si participan tres choros y uno de ellos lleva una pistola traumática para amenazar, y son arrestados por la policía, durante el juicio pueden alegar que usaron un arma traumática para cometer el delito, no un arma letal, y tener menos cargos en su contra.

Los casos

La abogada Johanna Orbe, experta en casos penales, indicó que cuando se intenta judicializar a alguien que es detenido con este tipo de armas, se debe analizar cuál es el origen del delito porque “no hay una norma que restrinja su uso en la legislación del país”.

Es decir que los detenidos pueden salir libres porque no se sanciona el porte o tenencia de estas armas.

Uno de los casos que más conmocionaron a los capitalinos fue cuando un adolescente fue atacado con este tipo de pistola mientras regresaba a su casa desde el colegio, en el sur de Quito. Dos venezolanos le quitaron su celular.

 El adolescente forcejeó y recibió un disparo en su cabeza. El menor de edad sigue con tratamiento, mientras que los extranjeros son investigados por la policía.

En lo que va del año se han registrado ocho eventos relacionados con este tipo de armamento.