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Diana Coloma: "Nada se hará a la maldita sea"
Discapacidad visual de concejal de Santo Domingo de los Tsáchilas no es impedimento para trabajar. No le importa que le digan ‘opositora’, ella seguirá exigiendo un mejor trabajo.
A Diana Coloma no le tiembla la mano cuando se trata de criticar una obra mal hecha. Y ahora, reelecta como concejal del cantón Santo Domingo, capital de la provincia ‘colorada’, lo hará con mayor énfasis, asegura ante la cámara de EXTRA.
“Si hay que fiscalizar o de estar en contra de lo que no se hace bien, yo no dudo en decirlo frontalmente. Que quede claro algo: yo no he venido a congraciarme con el alcalde de turno, sino a trabajar por la gente”, precisa esta santodomingueña de 30 años.
Por eso la han catalogado como una opositora que no permite el avance de la ciudad, pero para Dianita -como le dicen sus allegados- las obras no tienen que hacerse a la maldita sea. Y mucho más si quienes las usarán tienen una discapacidad como ella.
Ella tuvo un accidente de tránsito y su visión se comprometió cuando la intervinieron quirúrgicamente. Cuando sus ojos se ‘apagaron’, algo se encendió en ella: la necesidad de ayudar a otros.
Por eso, atrás quedó la idea de quitarse la vida y la reemplazó por algo más certero, que fue buscar una carrera política. Debido a su nueva condición, dejó de lado el baile y el modelaje para estudiar Derecho.
Su rol político
La concejal recuerda que en 2017 se postuló, por primera vez, a un cargo político. Buscaba un espacio en la Asamblea Nacional, pero no logró ingresar.
No se rindió y dos años más tarde fue en busca de un escaño en la Alcaldía santodomingueña y lo logró. “Fui la candidata con más votos y eso que la campaña que hice fue muy corta”, rememora sonriendo.
Es que para entonces, la concejal dio a luz a su pequeño hijo, “el motor de su vida”, asegura. Ya en la Alcaldía, se dio cuenta de las necesidades que, para otros, parecían mínimas, como el uso del ascensor.
“No estaba adecuado para personas con discapacidad. Ese fue mi primer paso”, detalla. Luego, sus luchas se volcaron a las sesiones de Concejo, donde Diana ha exigido que las obras emprendidas sean más inclusivas.
“Si voy a revisar una obra, siempre pido mejoras con el fin de que esto sirva para la gente con discapacidad: rampas que cumplan la normativa, jardineras que no sean tan altas. Se hicieron peticiones para que haya un intérprete en lenguaje de señas en el Municipio”, admite.
En familia
Pero no todo es trabajo. Diana dice que es una madre a tiempo completo antes y después de su jornada en la concejalía. “Me levanto temprano y con la ayuda de mi esposo arreglamos a nuestro hijo para que vaya a la escuela”.
Eso, por la mañana. Ya en la tarde, el afán de esta concejal, que ha propuesto seis proyectos de ordenanzas, es jugar con su hijo sobre la alfombra de la casa. “Preparamos algo para cenar y lo alisto para que se vaya a la cama. Y pese a que no veo, me encanta contarle cuentos, aunque sea me los invento”, asegura mostrando con orgullo la certificación que le dio el Consejo Nacional Electoral para su segundo período.
Y tomando ese cartón en sus manos, dice que lo que aspira ahora es que las 12 mil personas con discapacidad que tiene Santo Domingo tengan una mejor ‘gotita’ de vida. La mayoría de ellos tiene problemas de movilidad (discapacidad física) y usan mucho las sillas de ruedas.
“A esta lista se suman personas con discapacidad visual y auditiva, y mucha gente que tiene síndrome de Down”, detalla.
Mientras, podrán seguirla llamando opositora. A ella no le interesa ni le molesta. Lo hace por su gente, sigue adelante por ellos.
El ángel que guía a la concejal
Debido a su discapacidad, Diana Coloma cuenta con un equipo que la asiste. De ahí se destaca Alexis Toapanta, con quien ha trabajado hace un año y ocho meses. “Conocí a Dianita a través de mi hermana, porque ella trabajó primero con ella”, dice la asistente.
La joven, de 29 años, dice que en la oficina, el trabajo principal es que las cosas estén ordenadas para que la concejal pueda desplazarse sin tropezarse. “La silla tiene que estar en el puesto que corresponde”, detalla.
Alexis, quien es licenciada en Administración de Empresas, lee a la concejal las novedades del día como son las ordenanzas, la agenda de trabajo. Si hay algo que deben investigar, la guía de la funcionaria lo busca.
Lo mismo hace al momento de salir a los recorridos de campo. “Dianita siempre recibe gente en su despacho y en eso también debo colaborar”, explica la asistente de la funcionaria.