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Devotos de la Virgen de El Cisne hacen periplos por agradecimiento
Creyente cuenta que realiza dos procesiones con su imagen. Templo lojano, el centro de fe
Ataviada con un glamoroso vestido en tono anaranjado, la representación de Nuestra Señora de El Cisne de la devota Ana Arias cautivó a otros creyentes.
Sosteniendo en sus manos su efigie coronada, Arias permitió que unas personas les pasen velas, algodón y un rosario. Posteriormente se hacían la señal de la Cruz, muestras de fe en la Madre celestial.
(Te invitamos a leer: Las súplicas que hicieron los devotos en el Congreso Eucarístico, en Quito)
Mientras a su alrededor resaltaban las características de la efigie, su propietaria contó que la tiene desde hace dos décadas y la adquirió en la parroquia El Cisne, localidad lojana desde donde se inicia la peregrinación anual más multitudinaria por la Virgen María, tradición que surgió hace más de cuatro siglos.
Como parte de su fervor, según cuenta la devota, en cada mes de agosto, ella viaja con su busto hacia el Santuario de La Churonita para participar en el acto de fe y recibir la bendición.
Después de su periplo por Loja, esta creyente que reside en noroeste de la ciudad de Guayaquil también participa de los actos en honor a la Madre de El Cisne que organizan en la parroquia San Vicente de Paúl, del suroeste de la urbe porteña. Por eso también asistió a la caminata realizada el último domingo de agosto.
AGRADECE POR SU SALUD
Con este peregrinar llevando el busto de la Madre del Salvador, Ana Arias agradece por los favores recibidos mediante intervención divina sobre todo en lo relacionado a la salud.
La creyente detalla que siempre le pide a la Virgencita que la mantenga bien, que la sane de cualquier dolencia y por agradecimiento cada año se desplaza a la tierra donde germinó este acto de fe y además le ofrece una misa.
Pero previamente, como cuando se preparan para una fiesta o acontecimiento especial, le manda a confeccionar un nuevo vestuario. “Cada año se le cambia de vestido”, enfatiza la devota y añade que recurre con la confeccionista que también prepara trajes para La Churonita de la parroquia guayaquileña.
Terminadas las celebraciones con la que honra a la Virgen de El Cisne, Ana Arias coloca su efigie en una urna de vidrio, en un espacio de sus casa, donde también conserva otras imágenes de personajes santos.
FESTEJO TERMINARÁ EL 15 DE SEPTIEMBRE
La Virgen de El Cisne es el centro de la fiestas patronales que se cumplen en la parroquia San Vicente de Paúl desde el 17 de agosto de 2024.
Durante los días de la novena por la recordación de la Natividad, el 8 de septiembre, en las noches, luego de la misa hubo eventos culturales con presentaciones de diversas agrupaciones artísticas, folclóricas, bandas de música, de la localidad y de otras provincias e incluso un grupo mexicano, rindieron homenaje a la Madre del cielo, en Guayaquil.
El programa de festejo en la parroquia culminará el 15 de septiembre próximo y se realizará otra procesión de cierre de fiestas desde la iglesia Nuestra Señora de Fátima.
TEMPLO LOJANO, CENTRO DE ROMERÍAS
La Catedral de Loja, donde se encuentra la emblemática imagen de la Virgen de El Cisne, es el centro de concurrencia masiva de devotos a la Madre celestial en la advocación mayormente difundida en el país.
Así como muchos creyentes hicieron la tradicional procesión de 75 kilómetros, entre ellos Marco Soto, quien hizo el recorrido descalzo por una promesa al pedir por la salud de su hijo o Carmen Caiza, devota oriunda de Ambato, que participó del periplo porque fue sanada, miles más acuden hacia el principal templo lojano para orar ante la imagen de La Churonita, para hacer sus plegarias y por penitencia.
Como es tradicional, tras el arribo de la imagen, en la capital provincial se hizo una serie de actividades festivas y culturales, organizadas por priostes de Loja y Azuay, en honor a la Sagrada Imagen que estará en la ciudad hasta el 1 de noviembre. (IC- FIR)
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