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Se despidieron desde afuerita
Al sepelio de Carlos Luis Morales solo ingresaron las personas que estaban anotadas en una lista
Cada que llegaba un vehículo a la entrada del cementerio Parque de La Paz, un guardia se acercaba, pedía el nombre a los ocupantes y revisaba una lista escrita en cuatro hojas de papel bond.
Luis Capurro, que además de ser excompañero de cancha, es compadre de Morales, no constaba en el registro. Deshecho por la pena, se lamentaba no poder despedirse de su pana, del arquero de la Selección con quien compartió un mes en una habitación de hotel en Brasil en los 90.
Estuvo paseándose por unos minutos afuera del camposanto, desde las 09:00, cuando empezaron a llegar de a poco amigos, como su excompañera en la TV Rocío Cedeño, y trabajadores del también expresentador de noticias que falleció a las 08;45 del lunes 22 de junio por un infarto.
Entre quienes arribaban a pie resaltaba España Chóez. Tenía un sticker con el rostro del prefecto estampado en la frente y una fotografía de él que abrazaba mientras se ahogaba en llanto.
No trabajaba junto a Morales, pero siempre le estará agradecida por el tanque de oxígeno que le regaló para ayudar a su esposo, quien enfermó durante la emergencia sanitaria.
Afuera del cementerio, hasta las 10:05 había calma hasta que llegó Víctor Alache en su vehículo, con el himno de Barcelona a todo volumen. Es propietario de una funeraria y no dudó en tomar uno de sus ataúdes, subirlo al balde y acudir con él al sepelio.
Pero este féretro era diferente: amarillo y con un escudo y estampados alusivos a Barcelona. Lo construyó hace 15 días para algún fanático del Ídolo del Astillero.
Lo último que pensó fue que terminaría regalándoselo al exarquero del equipo y quien los llevó a una final de la Copa Libertadores de América en 1990.
Su intención era que los familiares lo sepultaran con los colores que acompañaron por más de una década al político. Sin embargo, como tampoco estaba en la lista, no pudo ingresar, ni los parientes del prefecto notaron el cofre.
No obstante, con la música alusiva al equipo a todo volumen, desde esa hora, los exteriores del camposanto se convirtieron en una reunión de recuerdos y anécdotas futbolísticas. El inclemente sol que los acompañó durante toda la mañana no hizo que los seguidores de Morales se movieran. Lo político quedó en un segundo plano.
Pocos hablaban del supuesto tráfico de influencias en el que tanto Morales como su esposa Sandra Arcos estaban involucrados. Esto luego de que el pasado 3 de junio su domicilio fuera allanado. Arcos y sus dos hijos tienen boletas de captura y son investigados por aparentes irregularidades en la adjudicación de contratos en la Prefectura del Guayas, durante la emergencia sanitaria.
A las 11:00, el abogado del fallecido, Carlos Luis Sánchez, anunció que realizó un pedido de hábeas corpus y, desde el 9 de junio pasado, han solicitado que se retire la orden de detención que pesa sobre Arcos. Por este motivo, dijo, ella no pudo estar junto a su esposo ni en los últimos días de su vida ni ayer en su despedida.
Además, aclaró que luego de conocerse los resultados de la autopsia de Morales, que confirmó que se dio por muerte natural, descartan que el grillete electrónico que portaba hubiera complicado su estado de salud, como se dijo en primera instancia.
Este aparato fue colocado al prefecto como parte del proceso judicial que pesaba en su contra. Además, tenía la prohibición de salida del país.
Tanto familiares como el jurisconsulto dijeron horas después del fallecimiento del exdeportista que no pudieron reanimarlo a causa de que no le fue retirado el grillete.
Sánchez detalló que padecía de linfocitopenia, una afección que consiste en un número anormalmente bajo de linfocitos en la sangre (un tipo de glóbulos blancos).
Segundos después, y en un descuido de los guardias cuando abrieron el portón principal para que ingresara un vehículo, más de 50 extrabajadores y seguidores de Morales burlaron la seguridad e ingresaron en estampida.
Esto provocó que decenas de policías llegaran al sitio y se colocaran frente al enrejado. Desde ese momento, nadie más tuvo acceso al interior del camposanto, ni siquiera quienes estaban en el listado.
Tres personas que dijeron ser parientes cercanos lloraban agarradas a las rejas y solo pudieron despedirse de él cuando, a las 12:10, un grupo de trabajadores sacó el féretro de Carlos Luis Morales de la capilla del lugar.
Caminaron con la caja hasta el portón, donde se aglomeraron los seguidores para despedirse de él para siempre y estiraban las manos tal y como el exarquero lo hizo en incontables ocasiones sobre el gramado.
“La carga emocional lo llevó a la tumba”
Fumar y mantener una vida sedentaria son algunos factores de riesgo para un ataque cardíaco. Carlos Luis Morales se cuidaba en ese aspecto ¿entonces qué pasó?
El cardiólogo Roberto Lecaro sostiene que el alto estrés le hizo una mala jugada al exfutbolista.
“El alto grado de estrés equivale a tener el colesterol alto, al igual que la presión y diabetes, cuyos síntomas muchas veces están escondidos”, explica.
Añade otro factor. “Dormir menos de seis horas, por la carga emocional, sube la adrenalina en la sangre, lo que daña las arterias”.
“Un estrés intenso es suficiente para romper la fina placa que hay en las arterias, lo que forma un coágulo que tapa las arterias, con el riesgo para la muerte súbita”, remarca.
Sostiene que síntomas como la fatiga que sintió Morales hacen que en segundos se pierda el sentido y signos vitales, lo que deriva a una muerte súbita.
Lecaro señala que uno de los errores que se comete en la juventud es no cuidarse o postergar un chequeo médico.
El psicólogo Samuel Merlano indica que hay dos tipos de estrés. El primero es el de la vida, que permite al ser humano mantenerse activo. El otro es el distrés o síndrome del quemado, que es exceso de estrés.
Opina que este último afectó a Morales. “Por su trabajo, un funcionario público ya tiene una sobrecarga de estrés. Al funcionario se le sumó la situación legal y política, llevándolo al colapso”, agrega.
A criterio de Merlano, faltó terapia psicológica, no buscó ayuda. (JPZ)