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Deslizamiento en Guápulo| El barrio de Quito ya se consideraba en riesgo
Si no se les caen las laderas en época lluviosa, en verano deben soportar voraces incendios. Se debe a la geografía y el crecimiento poblacional
Todo está del color del lodo en la casa de la familia Tonato, ubicada en Guápulo, oriente de Quito. El único que recobró su aspecto natural fue Orejas, el perro que fue arrastrado por el deslave y que, además, fue alcanzado por la corriente eléctrica. “Al principio no le habíamos visto, pero luego recibió atención. Estaba mojado y pasó cerca de un cable de alta tensión y quedó inconsciente”, contó Sebastián Tonato.
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El deslizamiento de tierra ocurrió pasadas las 16:00 del domingo. Los vecinos soportaron una pertinaz lluvia desde las 14:00 que los hizo ponerse en alerta, porque esto ya había pasado antes. “Yo vivo desde 1985 acá y ya hemos estado así, llenos de lodo y sin poder seguir con nuestras vidas”, indicó Ángel Tonato.
La fuerza del deslave fue tal que las tuberías se rompieron y cinco familias se quedaron sin servicio de agua potable. “Yo tengo un negocio de comida, entonces no puedo trabajar”, lamentó.
Una de las casas, en la que residen cinco familias, fue la más afectada. El talud rompió la losa del último departamento, que afortunadamente estaba desocupado. “Menos mal la señora que vivía ahí se fue hace un mes. Si no, habríamos lamentado alguna muerte ahorita”, manifestó Santiago.
Sin embargo, los muebles y enseres del resto de departamentos quedaron bajo el lodo. Gestión de Riesgos del Municipio de Quito evalúa los daños para activar el seguro de emergencia que permitiría reponer a las familias sus pérdidas.
Patricia Carrillo, directora de esta entidad, informó que se han detectado otros cuatro puntos proclives a derrumbes. De hecho, cuadras más abajo del sitio del siniestro se registraron más deslaves que, aunque no han afectado viviendas, sí han complicado la circulación vehicular.
La avenida de Los Conquistadores, que comunica el centro-norte de Quito con la avenida Simón Bolívar, está cerrada por completo desde la tarde del domingo. “Hasta que todas las entidades del Municipio hagan levantamiento de información y atención a las familias, permanecerá cerrada”, agregó la funcionaria. Esto podría extenderse hasta el martes 8 de abril. La decisión será tomada entre varias instituciones del Cabildo.

Guápulo es una zona vulnerable
Carrillo explicó que las intensas lluvias provocaron el desprendimiento de tierra, pues las aguas buscaban el cauce natural de la quebradilla que queda junto a la casa afectada. Además, según la funcionaria, este material llegó hasta una zona intermedia donde se habría juntado con las aguas de tuberías conectadas desde las viviendas sin las normas técnicas.
La directora agregó que Guápulo está dentro del polígono de la declaratoria de emergencia que hizo el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) el 22 de marzo, con lo que se previeron acciones para evitar mayores riesgos por las fuertes lluvias. Sin embargo, los vecinos reclaman que las autoridades solo llegan hasta el barrio cuando las desgracias ya han ocurrido. “Nosotros hemos advertido que botan basura desde La Floresta y que se tapona la quebrada”, dijo Santiago Tonato.
Carrillo agregó que en las evaluaciones del COE también se determinó que algunas de las casas en Guápulo no son legales. A esto, Santiago Tonato respondió que ambas viviendas afectadas tienen los papeles en regla y que fueron construidas con permiso del Municipio. “De hecho, están tan bien construidas que soportaron el deslave y no se derrumbaron, porque se hicieron con muros de contención”, aseveró.
Si no es lo uno, es lo otro
Los dueños de los departamentos afectados no fueron los únicos preocupados. Segundo Collaguazo, por ejemplo, optó por pasar la mañana en la vereda frente a su casa, por el miedo. “Acá cuando llueve empezamos a temblar porque parece que se cae todo”, admitió.
Pero no solo eso. En la época seca también están expuestos a los incendios y la contaminación que implican. “Hemos tenido afectaciones respiratorias. También es algo con lo que lidiamos todos los años”, expresó el vecino.

Según Carrillo, esto se debe a la ubicación de este barrio y a la vegetación que lo circunda. “También se debe al crecimiento desmedido de la población en laderas como estas”, agregó.
Segundo pidió también que sean controlados los sistemas de canalización de aguas de las viviendas de la parte alta, es decir del barrio La Floresta. “Les hemos pedido a los vecinos que arreglen, pero no nos hacen caso”, finalizó.
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