Uno de los agredidos, que por seguridad ha pedido discreción sobre su identidad, contó a EXTRA lo que vivió la madrugada del 26 de febrero de 2024, mientras realizaban una cobertura periodística en un siniestro de tránsito registrado en la calle Ayacucho y avenida Quito, el centro de Guayaquil

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"Nos dijeron que no se podía grabar, que nos retiremos. Les dije que me iba, que no pasaba nada, pero el militar se puso agresivo y me puso la mano en el lente", narra, y agrega que a la par agredían a su colega.

El hecho se registró, según declaraciones de las Fuerzas Armadas, entre una patrulla militar y vehículo particular. En el que resultaron heridos cinco militares y una menor de edad: "El conductor que habría provocado el accidente huyó del sitio dejando a una niña herida dentro del automotor, la cual fue auxiliada por el personal militar y posteriormente trasladada a un hospital".

Al enterarse de la grabación, el militar regresó y obligó al camarógrafo a arrodillarse para que borrara todo el material audiovisual de la cámara. La acción estuvo acompañada de insultos, amenazas y uno de los militares llegó a rastrillar su arma.

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"Me dijo: Ah, tú eres de ( un medio de comunicación) y me quitó el micrófono para dañarlo. Yo me opuse, porque eso me lo iban a descontar a mi, y por eso me pegó un puñete en la quijada. Todo eso grabó mi compañero, pero un agente de la ATM le dijo al militar que había grabado y el militar se regresó y le dijo, a mi compañero, "déjate de hue..., te vamos a hacer hue... y rastrilló el arma. Le pegó puñetes. A mi me quitaron la cámara y a mi compañero lo arrodillaron y le hicieron borrar todo el material", detalla uno de los camarógrafos.

Las Fuerzas Armadas emitieron un comunicado sobre el incidente con los camarógrafos. Admiten que se les pidió que borraran las grabaciones para proteger la seguridad e imagen de los accidentados, negando cualquier tipo de agresión o abuso de autoridad. Argumentan que el personal militar actuó de forma enfática, pero sin violencia. 

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No obstante, el comunicado no menciona las denuncias de insultos, amenazas o el rastrillado de armas, ni se refiere a las declaraciones de los camarógrafos sobre el "abuso de autoridad" por parte de los militares. La investigación en curso determinará las responsabilidades del caso, considerando las declaraciones de ambas partes y las pruebas disponibles.

 El comunicado ha generado reacciones diversas: algunos lo consideran insuficiente y otros apoyan la versión de las Fuerzas Armadas. Se espera que la investigación se lleve a cabo de forma transparente para esclarecer los hechos.

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