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Guayaquil: Sin dejar los hábitos religiosos, una joven vivió un día como periodista de sucesos
La hermana Dayana Cobos se adentró en varios sectores de Guayaquil y Durán en busca de información. "No debería existir tanta maldad, para esto no fuimos creados", dijo al ver rastros de sangre que dejó una balacera donde niños resultaron heridos.
Su día comenzó a las 05:50. Luego de prepararse, ponerse el uniforme religioso y orar, la hermana Dayana Cobos Zúñiga se dirigió a Gráficos Nacionales, empresa que edita los Diarios EXTRA y Expreso. Ella tiene 25 años y además estudia Comunicación y Relaciones Públicas en una universidad del Guayaquil.
A las 07:00 del 29 de abril, la joven inició su jornada laboral como periodista. Ella acompañó al equipo de Sucesos a un recorrido en temas judiciales
El primer sitio visitado fue la cooperativa El Ejercito, del cantón Durán. Allí, la noche del jueves 28 de abril fueron atacados a bala cuatro personas, un padre y sus tres hijos dos de ellos menores de edad.
El hecho conmovió y entristeció el corazón de la hermana Dayana. Nunca antes había estado en un lugar donde menores fueran víctimas de una balacera.
"Fue una experiencia nueva, me gustan los niños y me duele que tengan que pasar por estas situaciones. No debería existir tanta maldad, para esto no fuimos creados", expresó.
Diez minutos después, en el sur de Guayaquil, en el sector El Camal se reportaba el asesinato a tiros de un comerciante, de 55 años. Antes de llegar al lugar, la reportera a cargo del recorrido le preguntó a la consagrada si deseaba bajarse o esperar en la camioneta. Ella accedió acompañar a los periodistas, con la finalidad de aprender cómo es el trajín de una cobertura noticiosa.
"No sabía que se demoraran tanto en levantar un cadáver. Espere que al llegar ya no iba a estar el cuerpo. Ver el dolor de sus familiares me conmovió. Es difícil no dejarse tocar por el dolor de las personas", comentó la joven.
Confesó que mientras nos dirigíamos hasta el punto donde fue abatido el individuo, pensó lo fuerte que iba ser ver el dolor de sus familiares y pidió a Dios que estas situaciones no se repitieran tan seguido.
Con una rueda de prensa en el Comando de Policía de la Zona 8, en la Avenida de Las Américas finalizó el recorrido de su 'aventura' en un día en que sin dejar los hábitos se convirtió en una reportera de sucesos. Durante su 'hazaña' no faltaron lo que hoy en día es parte de la cotidianidad, niños, mujeres y hombres baleados, delincuentes detenidos.
"Fue una experiencia que me ha dejado muchos aprendizajes -manifestó-. Siento que la misión del periodista es comunicar para que todos tomemos conciencia de lo que pasa".