Los disparos que acabaron con la vida de Richard Huayamave por poco provocan una tragedia colateral: que un pequeñito de dos años y su padre también sean alcanzados por las balas. Algo que afortunadamente no ocurrió.

“Mi niño y yo estamos vivos de milagro. Salíamos del centro de salud y comenzó la balacera. Tuvimos que escondernos detrás de un automóvil”, narró Miguel, describiendo la pesadilla que vivió cuando salía de una casa de salud de la ciudadela Juan Bautista, del cantón Daule.

Apenas a unos 10 metros de donde estaban el progenitor y su hijo fue el ataque mortal. El terrorífico momento que les tocó vivir ocurrió aproximadamente a las 20:10 del viernes 28 de abril.

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El hombre quedó en la calzada, boca arriba, perdiendo la vida al instante, luego de recibir cinco disparos entre la cabeza y el tórax. Su amada quedó con disparos en el tórax y una pierna, gravemente herida. Hasta ayer (29 de abril) luchaba por su vida en una casa asistencial de Guayaquil, según informó la Policía.

“Fue un verdadero milagro que el menor no haya sido herido, ya que a la pareja le dieron más de 15 disparos”, comentó Hilario, comerciante de esta ciudadela.

Agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased) de Salitre hasta las 11:00 del 29 de abril explotaban las cámaras de seguridad del sector, ya que tras la balacera, los sicarios fugaron con dirección a la vía perimetral de Daule.

Los familiares de las víctimas evitaron dar declaraciones a la prensa. Solo señalaron que residían en otra ciudadela del cantón y no donde fue la emboscada.

Uniformados policiales recogieron más de 6 casquillos percutidos, calibre 9 milímetros, aunque también presumen que un fusil fue usado en el ataque a esta familia.

El coronel Paúl Villavicencio Salazar, jefe del distrito Policial de Daule, confirmó a EXTRA que la víctima no registra antecedentes penales. También descartó que el robo haya sido la razón por la cual acabaron con la existencia del hombre. 

A la 01:00 del 29 abril, cuando los uniformados culminaban el procedimiento del crimen de Huayamave, fueron alertados que en las instalaciones de una vidriería de las calles Colón Y Vernaza, centro del cantón, desconocidos hicieron detonar un artefacto. La puerta principal del negocio y los vidrios de las viviendas aledañas se destruyeron.

La madrugada de terror siguió. A las 04:10, sujetos dispararon contra una vivienda de la parroquia Banife e hicieron explotar otro artefacto, a 12 cuadras del primer atentado. Se afectó la fachada del domicilio y dos viviendas más.  

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