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Las parejas consideran que el desarrollo personal es prioridad antes de contraer matrimonio.ANGELO CHAMBA

Censo 2022: El matrimonio en Ecuador, ¿una institución en vía de extinción?

La ciudadanía y expertos concuerdan que el desarrollo personal de la gente es más importante que casarse. La infidelidad ha ganado terreno

En los dos últimos años las parejas ecuatorianas han preferido verse la cara en un tribunal ante un juez que en un altar ante un sacerdote.

Así lo reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) en los cuales se especifica que los matrimonios se han reducido un 2,8% y los divorcios aumentaron un 9,4%.

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Diario EXTRA recorrió algunas calles de la capital para preguntar a la gente qué opina al respecto y solicitó un análisis a expertos que puedan dar una luz de estas conclusiones.

Casi todos los entrevistados concuerdan que las personas se casan menos porque se han vuelto más independientes y ‘comesolitos’. Es decir, les interesa más el crecimiento profesional y disfrutar de los placeres de la vida hasta hartarse.

Por otro lado, la razón principal por la que los cuestionados creen que existen más divorcios es porque son ‘cachudos’. Entienden que con los años se han perdido los valores y la infidelidad ha ganado terreno.

Maribel Barrle tiene 43 años y tres esposos en su historial sentimental. Afirma que cuando era joven se casaba porque veía que sus parejas eran unos ‘príncipes azules’ físicamente, pero con el pasar del tiempo no le dieron estabilidad en el hogar y los ‘echó por la borda’. “Antes de casarse deben estar preparados física, emocional y psicológicamente”.

Samuel Merlano, psicólogo clínico y terapeuta de parejas, explicó que en la actualidad los jóvenes rechazan la idea de casarse por el tema de la libertad.

Según el experto, quieren sentirse independientes, tomar decisiones sin consultar a otra persona y hacer lo que les ‘dé la gana’. “Se enfocan más en un hedonismo donde reina el placer”, afirmó.

Alejandro Llano es ingeniero y tiene 33 años. Se casó hace cuatro meses y afirma que no lo hizo antes porque su prioridad era el estudio. Le costó bastante tomar esta decisión porque vivió en unión libre durante algunos meses antes de entregarle el anillo a su pareja.

Con respecto al aumento de los divorcios, Llano cree que la tecnología y las redes sociales ayudan para que las parejas puedan conocer gente afuera del matrimonio y caigan en la tentación de poner ‘cachos’.

Ante esto, la iglesia tiene soluciones, según el monseñor Gustavo Rosales, obispo auxiliar de Guayaquil. El religioso enfatiza que los jóvenes se van adhiriendo a las ideologías de moda y eso genera que haya menos compromiso y, por ende, menos matrimonios.

Según el INEC, el rango de edad en la que hombres y mujeres deciden casarse en la actualidad es de 32 a 35 años.

Para contrarrestar esto, Rosales indica que fortalecen las convivencias vocacionales para “ayudarlos a superar sus problemas de pareja con los testimonios de matrimonios que han vivido lo mismo”. 

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