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Daniel Pintado: Así fue el multidudinario recibimiento que le dio su natal Cuenca
La algarabía se sentía desde antes que el campeón olímpica llegara al aeropuerto de Cuenca. Decenas de ciudadanos esperaban en la vía para alentarlo
El aeropuerto Mariscal La Mar fue el escenario de la escena más tierna. El encuentro de un campeón olímpico con sus dos pequeños hijos que se fundieron en un gran abrazo. Todos esperaban por Daniel Pintado, pero su mirada buscaba a los suyos ajeno a la gloria y grandeza que tiene.
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El arribo estuvo programado para las 17:55 del martes 13 de junio, pero unos minutos antes su avión ya descendió y aterrizó. Su madre Eulalia Álvarez cubría su rostro para tratar de contener la alegría que sentía y las ganas de tener a Daniel entre sus brazos.
Sus hijos, Nicolás y Monserrate, recibían indicaciones del personal de seguridad del aeropuerto, pero sus miradas revelaban que solo pensaban en el encuentro con su padre.
Había también un bus turístico de dos pisos que estaba al pie de la pista lleno de familiares y amigos más cercanos a Daniel que flameaban banderas y gritaban “si se pudo”.
¡INOLVIDABLE! Daniel Pintado 🥇🥈celebrando con su hijo a lo Cristiano Ronaldo frente a todo el pueblo cuencano que se hizo presente.
— Andrés Illingworth (@aillingworth96) August 14, 2024
Videos que le van a quedar para toda la vida, momento top 👏🏻
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El protocolo para recibir a un personaje ilustre, a un campeón, dice que un arco de agua cubrirá el avión en el que llegue. Así se hizo, las sirenas explotaron el sonido y el avión de LATAM se dio un baño de gloria.
Primero descendieron todos los pasajeros que también fueron parte del vuelo del campeón olímpico, y Daniel esperó hasta el último para salir y recibir el homenaje que las autoridades locales tenían preparado.
Doña Eulalia por fin tuvo a su hijo cerca y si no fue suficiente con verlo convertirse en el campeón olímpico en París, recibió una gran sorpresa cuando lo primero que recibió fue la medalla de oro en su cuello. Las lágrimas y la felicidad la embargaron y un fuerte abrazo a su Dani la terminó de calmar.
Don Fausto Pintado con su mirada tímida y su caminar pausado también lo abrazó. En él la medalla de plata, de los 42 kilómetros de relevos mixtos que logró junto a Glenda Morejón, fue colocada por Daniel en su cuello.
Con la voz entrecortada, reveló que es un gesto que no se esperaba “es algo increíble y me siento muy afortunado, gracias a mi hijo y a todo el Ecuador por el cariño que tiene para él”.
En tanto para Daniel el encuentro con sus padres “era lo que más quería. Llegar a mi ciudad, ver a mis hijos y ponerles las medallas a mis padres. El premio más grande es estar aquí y volver a mi ciudad”.
Con los ojos cerrados ante las decenas de cámaras de los medios de comunicación, Daniel se dejó llenar de las emociones. Agradeció a Dios por permitirle cumplir sus sueños con sus padres en vida y por tener a sus dos hijos, que los describe como el motor de su vida.
Pero el medallista olímpico estaba lejos de imaginar el recibimiento que le esperaba en las calles de la ciudad que lo vio crecer y convertirse en el gran deportista que es hoy.
Cientos de personas se abarrotaron en las calles de la ciudad para ver pasar la caravana del doble medallista olímpico. Con banderas, vuvuzelas, pitos y vestidos de la camiseta tricolor gritaban el nombre de Daniel.