Exclusivo
Familia
¡Cuidado con esa boca! Si tu hijo dice malas palabras es probable que tenga un ‘profe’
Este "maestro" puede estar en la casa, escuela, barrio, incluso en la ‘tele’ o redes sociales. No te lo ‘suenes’, habla con él para ver dónde aprendió ese 'trompabulario'.
Estás viendo el Clásico del Astillero y tu equipo va perdiendo. No te contienes y lanzas todo un nutrido repertorio de insultos en contra de los jugadores.
No te percatas o talvez sí de que por allí están tus hijos, quienes aprenden de tus ejemplos, los positivos y los negativos, manifiesta el psicólogo clínico, orientador familiar y coach, Samuel Merlano, quien agrega que los menores pueden llegar a aprender este tipo de lenguaje por medio de la televisión, redes sociales, su plantel o barrio en el que vive.
Según la psicóloga Éricka Lozano, no es normal que los niños las pronuncien, y esta terminología podría aparecer en la etapa de la niñez media (desde los 6 años) y a partir de la adolescencia temprana (10).
Merlano sostiene que nuestra sociedad refuerza este lenguaje, pues hay personas que emplean malas palabras desde el saludo hacia amigos; el clásico: “Habla, mari...”.
¿Este lenguaje podría acarrearle problemas a quien las expresa? Lozano dice que no necesariamente, que muchas de ellas desaparecen con el tiempo, cuando se dan cuenta de que pierden su atractivo en el medio social en el que interactúan.
Sin embargo, Merlano considera que sí pudieran darse ‘pitos’ futuros, a nivel familiar, social, laboral o estudiantil.
“Algunas personas serían marginadas. Incluso estas palabras pudieran venir acompañadas de ira o ganas de desquitarse, empeorando la situación”, señala el experto.
Unos castigan, otros festejan
Algunos padres de familia reaccionarían de diversas maneras, asegura Merlano.
“Aunque suene contradictorio, unos responderían con malas palabras. Otros con castigos físicos (golpearlos, cachetearlos), tendrían una reacción impulsiva que empeoraría la conducta del hijo. También están los que se escandalizarían y tratarían de corregirlos; estos progenitores son los que tienen valores, les dedican tiempo a sus hijos, quienes han tratado de darles buenos ejemplos y se preocupan por su formación. Finalmente están los que festejan; ellos serían escasos principios”, precisa Merlano.
EXTRAtips
1. Prevención efectiva, el buen ejemplo. No hay nadie a quien más admire el niño que a papá y a mamá. Si dices malas palabras no puedes exigirle a tu descendencia que no las exprese. Recuerda, tú eres su modelo a seguir.
2. Establece una norma en casa, no insultos. Esta ley no es negociable. Este límite frenará a tu pequeño.
3. Si ya el chico dice malas palabras, dialoga con él. Así descubrirás dónde aprendió a hablar de esta manera. Escúchalo y en la charla trata de ganar su confianza. Asimismo, ayúdalo a gestionar sus emociones para prevenir que emplee malas palabras en momentos de conflictos.
4. Si notas que él está frenando su lengua, prémialo. Utiliza un frasco con monedas, que él pueda ganarse al término de dos semanas. Por cada día que no diga palabrotas durante este tiempo coloque dos monedas más en el frasco, pero cada vez que las manifieste, saque monedas.
5. No permitas que camufle lo que dice. Que no use palabras como ‘hijo de frutas’, ‘muchacho de miércoles’, ‘hijo de pato’, hazle entender que solo son insultos disfrazados.