Al parecer el espeluznante hallazgo de un cuerpo en la calle Yanacona, en el barrio San Enrique de Velasco, norte de Quito, es una amenaza la Fiscal Diana Salazar.

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La entidad emitió un comunicado, luego de que se esparciera ese rumor. “Durante el fin de semana se emitieron informes de inteligencia sobre posibles atentados en contra de la vida de la máxima autoridad de esta institución”, se publicó en la cuenta de X.

Los restos humanos, según los primeros informes, estaban en dos partes: en una maleta azul y en un saco de yute. La sangre quedó derramada sobre la acera.

La alarma se ‘encendió’ a las cinco de la mañana del lunes 22 de abril cuando un vecino avisó en el chat del barrio que algunos policías estaban cercando el sitio y la vía ya estaba cerrada. “No sabemos quien avisó a las autoridades”, contó Estuardo Espín, miembro del Comité de Seguridad del sector.

Desde lejos vieron el procedimiento sin explicaciones, sin mayor información. Al sitio llegó personal de Inteligencia y Criminalística, así como la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased).

En los informes de inteligencia también hubo advertencias del cometimiento de otros actos violentos, según la entidad. “La FGE investiga lo ocurrido pues se presume que tiene relación con estas alertas de seguridad”, agrega el comunicado.

Para Espín, el hecho es la consecución de la situación de la zona, pues desde hace varios meses ha dejado de ser una zona de paz. “Por acá pasan muchos carros y motos sin placas. Ya hemos contabilizado al menos un asalto a la semana”, explicó el morador.

En la Policía Nacional no se entregaron más detalles del suceso, pero en los informes se detalló que primero llegaron agentes del Grupo de Intervención y Rescate (GIR) para descartar que los bultos se trataran de explosivos. “Ruidos no se escucharon, por lo que acá parece que fue solo donde lo abandonaron”, agregó Espín.

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Según el Comité de Seguridad del barrio, las vías de la zona se han convertido en rutas de escape para quienes huyen de la justicia, pues tiene conexión con la parroquia de Nono, que va hacia el norte de la provincia y a la Costa.

“Al ser tan amplio el noroccidente de Quito es difícil controlarlo, es por eso que en la vía a Nono siempre han botado muertos o dejan carros desmantelados”, sostuvo Sergio Solano, otro morador.

Esto ocurre en la misma madrugada en la que Fabricio Colón Pico fue recapturado en Puerto Quito, cantón al que se puede acceder desde esa zona, por vías de segundo y tercer orden. El detenido también es acusado de ser el cerebro detrás de supuestas amenazas que ha recibido en el pasado la Fiscal Salazar.

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