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¡Cristo del desconsuelo! Bombazo mortal deja cinco muertos y 20 heridos en Guayaquil
Una de las víctimas falleció tras derrumbarse el balcón de su domicilio, producto de la onda expansiva. Los otros cuatro eran comensales que llegaron a comer caldo de salchicha. No tenían antecedentes penales.
No era un campo de batalla, pero la escena que se observaba la madrugada y mañana de ayer en un sector popular de Guayaquil era similar al de un escenario de guerra: destrucción, muertos y heridos.
Cinco fallecidos fue el saldo que dejó el atentado ejecutado con un artefacto explosivo. La tragedia se suscitó a las 03:00 en las calles Décima, entre la H y la I, en el barrio Cristo del Consuelo, suroeste del Puerto Principal.
El estallido también dejó al menos 20 heridos. Los criminales llegaron en una motocicleta y luego de disparar por más de diez ocasiones, abandonaron un saco, en cuyo interior estaban los explosivos. (Ver infografía)
Una de las víctimas mortales de esta tragedia es Roxana Marilyn Montaño Medina, de 36 años. Ella estaba acostada en su cama cuando el estruendo provocado por el estallido la levantó de un brinco, pensando que se trataba de un terremoto, caminó hasta el balcón del segundo piso de su domicilio.
Sin embargo, la onda expansiva derrumbó esta parte de la vivienda y Roxana se precipitó al vacío. Su deceso se produjo de forma inmediata. Su cadáver quedó debajo de los escombros y cerca de los otros afectados producto de la tragedia. Su madre también resultó con lesiones.
Entre lágrimas, sus familiares relataron a EXTRA cómo fueron los últimos segundos de vida de la guayaquileña, de padres esmeraldeños. “Ella se levantó asustada y se acercó al balcón para ver qué era lo que ocurría. Este se vino abajo y mi sobrina cayó. Ella era madre soltera y trabajaba como empleada doméstica en una casa. No merecía este final tan trágico”, manifestó entre lágrimas una tía de la víctima.
Otra allegada, quien tras enterarse por redes sociales de la tragedia, acudió hasta esta zona conocida como Calle 8 para corroborar si uno de los fallecidos era su ‘panita’ de baile y chupa.
“Parece que presentía su final. El viernes nos reunimos en mi casa y nos tomamos dos botellas de vino. Roxi (así la llamaba) estuvo tan alegre, bebió, bailó, llegó acompañada de su hijito de 4 años”, recordó la amiga.
De acuerdo a versión del comandante de la Zona 8, general Víctor Zárate, los otros cuatro fallecidos, Walter Alberto Ávila Silva, Jean Carlos Campozano Flores, Vicente Agustín Loor Richard y Ana Lucía Narváez Narváez, habían llegado hasta este sector para comprar caldo de salchicha.
Dos de las víctimas mortales llegaron en un mismo vehículo, el cual también quedó afectado por la explosión. (AEB)
“Tengo más vidas que un gato”
Dominga Arroyo está viva de milagro. Ella es la propietaria del negocio de salchicha que a esa hora de la madrugada atendía a varios comensales, cuatro de los cuales murieron.
Segundos antes del estallido, la señora entró a su domicilio para servir un plato de comida, por eso se salvó de morir.
La mañana de ayer, el comandante de la Policía y moradores indicaron que ella era una de las fallecidas. Sin embargo, sus familiares desmintieron que su ser querido integraba la mortal lista de víctimas.
“Tengo más vidas que un gato, me han dado por muerta, pero pude salvarme porque en el momento de la explosión entré a mi casa, estaba cortando un pedazo de salchicha”, contó a EXTRA la señora.
En el sector, doña Dominga, como la llaman cariñosamente sus vecinos, es conocida porque todos los fines de semana es la encargada de alimentar a los farreros que acostumbran a rumbear hasta el amanecer en ese sector que está conformado por unas 40 casas.
Cucaracha y Junior habrían sido el objetivo
La explosión presuntamente estaba dirigida a dos ciudadanos identificados con los alias de Cucaracha y Junior.
Aquella información fue revelada la tarde de ayer durante un pronunciamiento conjunto entre el ministro del Interior, Patricio Carrillo; el comandante general de la Policía, Fausto Salinas; el gobernador del Guayas, Lorenzo Calvas, y otras autoridades.
Carrillo refirió que Cucaracha, quien registra antecedentes penales, reside en la zona donde sucedió el estallido. Él y Junior “aparentemente tienen alguna relación con los grupos de delincuencia organizada, autodenominados Los Tiguerones”.
“Cincuenta y ocho eventos de terrorismo se han suscitado en Guayaquil. En este sector que existe tanta libertad y uso de suelo no tenemos una cámara de seguridad. Quince personas están en capacidad de rendir versiones, pero se han acogido al silencio. También hemos anunciado una recompensa (10 mil dólares) y nadie ha llamado”, manifestó el secretario de Estado.
Personal policial de algunas unidades llegaron al sitio para continuar con las investigaciones de este hecho violento. Pero al momento se descarta que sean granadas policiales o militares. Más bien se trata de artefactos de fabricación casera, que produjeron un hueco de 1.6 metros. La onda expansiva tendría un alcance de hasta 70 metros.
“Fragmentos metálicos fueron encontrados en todos los alrededores, especialmente esquirlas, tanto en los cuerpos humanos de las personas que perdieron la vida, así como las que se encuentran heridas, en vehículos y bienes”, describió.
También señaló que las víctimas mortales no tenían antecedentes penales, pero sí varios de los heridos. “Se realizó un allanamiento en el lugar y se detuvo a dos personas porque se encontró droga, armas y explosivos”.
El secretario nacional de Seguridad Pública y del Estado, Diego Ordóñez, mencionó que el Gobierno decretará un estado de excepción en la ciudad para tomar medidas que deben llevarse a cabo para controlar la inseguridad.
La escala de violencia podría incrementar
El atentado ocurrido en Cristo del Consuelo sería solo el inicio de una ola de violencia que se avecina, según Ana Minga, experta en seguridad y perfilación criminal.
Minga explica que este hecho no es una afrenta al estado como lo denunció el ministro del Interior, Patricio Carrillo, en un post en su cuenta de Twitter. La experta aclara que el ataque estaría relacionado por la pugna de poder entre bandas criminales que se dedican al expendio de estupefacientes en el sector.
Según la experta, las organizaciones tienen dos propósitos: quedar bien con los carteles de otros países para que los tomen en cuenta en sus operaciones y para ganar territorio.
Minga dice que en el país no existe un líder reconocido por las bandas y que esto ha provocado una ‘carrera del más fuerte’. Es decir, la organización que siembre el miedo mediante la violencia ganaría el mando en los negocios criminales.
Después de esto, según Minga, puede convertirse en un escenario similar al que vivió Colombia con la presencia de Pablo Escobar.
Por ejemplo, Minga explica que en ese mismo barrio, donde suelen expender alcaloides, pueden atentar contra los locales de diversión. Paralelamente a esto, puede existir ataques a funcionarios del estado.
En este contexto, “la banda que logre eliminar a alguien en el Gobierno, dentro del mundo delincuencial, sería la que se imponga”.
(MPG/AEB)