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Cárceles: ¡Internas en alerta!
Una rea cuenta cuál es el ambiente tras la masacre... no puede dormir, piensa que en cualquier momento se desata un relajo. Experta habla del tema.
Están con miedo e incertidumbre. No saben si los pasos que suenan en los techos del pabellón de mujeres o si las sirenas policiales que escuchan en las afueras son señales de otra matanza.
Diario EXTRA contactó a una mujer privada de libertad, quien cumple su sentencia en el Centro de Rehabilitación Social (CRS) de Cotopaxi. Ella contó cuál es el ambiente en el interior luego de la masacre ocurrida la semana anterior y en la que murieron 81 reos, en cuatro cárceles del país.
Estefanía (nombre protegido) relató que desde que controlaron el ataque en Cotopaxi, donde murieron 8 internos, las mujeres han permanecido encerradas en los cuatro pabellones. “El lunes nos dejaron salir para recoger agua porque al segundo y tercer piso no llega”, comentó.
Sin embargo, a los pocos minutos sonaron las alarmas y se escucharon gritos. Las agentes carcelarias les ingresaron a las celdas porque se había formado una revuelta y fueron retenidos cinco guías. “Si a ellos les pasa eso, qué pasaría con nosotras”, pensaba la mujer.
Así ha sido la tónica durante los últimos ocho días dentro de la cárcel de Cotopaxi. Estefanía dijo que la zozobra que sienten les ha afectado psicológica y emocionalmente. Por eso, ella prefiere quedarse en su celda junto a sus tres compañeras. Leen, conversan. Comparten. Recuerdan su tiempo en libertad. Y quieren abrazar a sus familiares.
Pero ni eso pueden, porque las visitas están suspendidas y por si fuera poco, el sitio donde se realizaban las reuniones, según ella, está ocupado por 30 reos que fueron llevados hasta ahí para evitar otra posible desgracia en el interior. Ellos, al parecer, pertenecen a la banda de Los Choneros.
Rumores y justicia
Estefanía no ha podido dormir tres días. Por las madrugadas escucha sirenas o gente que camina en los techos de los pabellones. Mira luces de los faros e intenta ver qué pasa.
En los pasillos de la prisión corre el rumor de que las bandas criminales quieren atentar contra las parejas de los líderes y la prisionera tiene temor que una de ellas comparta su mismo pabellón. “No las conozco, pero tengo miedo que suceda un hecho violento como ocurrió en la etapa de los hombres”, añadió.
Karla Benítez, abogada y exviceministra de Atención a Personas Privadas de Libertad del exMinisterio de Justicia, señaló que si bien los pabellones de hombres y mujeres están separados, ellas pueden ser afectadas por una inseguridad integral de la prisión.
La jurista indicó que es necesario un acompañamiento psicológico y de trabajo social para una contención de la crisis emocional que generó la violencia de la semana pasada. Añadió que las guías penitenciarias deben resguardar a las mujeres según las particularidades propias del género.
Este trabajo, según Benítez, debe ir de la mano con los vínculos familiares. “Es necesario que exista ese contacto afectivo como parte del tratamiento de rehabilitación”, afirmó.
Asimismo, la exfuncionaria dijo que se debe retomar ciertas actividades que se realizaban con las mujeres de la cárcel de Cotopaxi, como los programas de radio. “En una ocasión, por el día de la no violencia de la mujer, las internas hicieron una presentación en la Asamblea Nacional”, señaló.
Según el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI), en las cárceles del país existen 2.520 reclusas, lo que representa el 6,51 % de la población carcelaria en total.
Este Diario solicitó información al SNAI sobre la situación de las mujeres en las cárceles del país, pero hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.