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El pasado lunes alrededor de 1.000 uniformados de la Policía y FF.AA. ingresaron a la ‘Peni’. En la noche se liberó a los secuestrados. NOVIEMRE DEL 2021 GUAYAQUIL-ECUADORCHRISTIAN VASCONEZ

Crisis carcelaria: Hasta $50.000, el precio de sobrevivir en la 'Peni'

Internos del pabellón donde ocurrió la masacre carcelaria en Guayaquil fueron salvados, pero para extorsionarlos. Un oficial de la Policía reveló cómo conocieron del secuestro de tres reos dentro de la ‘Peni’

La libertad no tiene precio, pero para sobrevivir dentro del Centro de Rehabilitación Social de Varones No. 1 de Guayaquil, hay que pagar mucho dinero o, de lo contrario, los internos son sometidos a una serie de abusos que incluso pueden costartes la vida.

Rosa, madre de un privado de libertad, ha vivido de cerca lo que es la extorsión. Su hijo fue detenido por otros internos el pasado 13 de noviembre, horas después de la última masacre en ese lugar, que dejó 62 asesinados. Desde entonces, ella ha tenido que cancelar más de 100 dólares para salvar la vida de su vástago.

“Mi hijo me llamó el domingo y me dijo: ‘Mamá, me van a matar, debes depositar 50 dólares a un número de cuenta que te voy a pasar’. No pasaron ni 24 horas y me hizo otra llamada, me pedía otro depósito. Sobrevivir en la cárcel tiene precio. Han amenazado con torturarlo si no pagamos”, relató Rosa.

La asustada mujer no es la única que padece la doble agonía de tener un familiar preso en la llamada Penitenciaría, y a la vez buscar la manera de conseguir plata para que a este no le hagan daño.

Ayer terminó la pesadilla para Margarita Herrera. Pagaba 104 dólares para que no lastimen a su hijo.CHRISTIAN VASCONEZ

Margarita Herrera era otra víctima de esta pesadilla que, afortunadamente para ella, terminó el 17 de noviembre. Luego de 11 meses de permanecer en ‘cana’, Javier, el segundo de sus hijos, recuperó la libertad y con ello su madre la tranquilidad de no tener que pedir dinero o de vender sus pocas pertenencias para depositar billete en una cuenta que le proporcionan desde la prisión.

“Han sido once meses de tortura. Mi hijo sufría adentro y vivía un martirio afuera por conseguir dinero. Le depositaba 26 dólares semanales para que no lo lastimen. ¿Quién controla esto?”, cuestionó la mujer.

Casos como los de Rosa y Margarita los viven cientos de familiares de privados de libertad y un ejemplo palpable fue lo ocurrido con Mauricio Gavidia Orozco, Juan Carlos Ramírez Aroca y José Luis Romo Rosales. Tres reclusos que se salvaron de morir en la segunda de las masacres ocurridas dentro de la Penitenciaría del Litoral, pero que estuvieron sometidos por otros reos.

50 reclusos del pabellón siete ingresaron al área transitoria para la masacre.

A sus familiares les exigieron dinero a cambio de protección. Por información policial este Diario conoció que por darles ‘seguridad’ a los parientes de estos tres internos les pedían 5.000, 10.000 y hasta 50.000 mil dólares.

“A ellos no los salvaron de morir porque quisieron. A ellos los escogieren porque sabían quiénes eran y por qué estaban detenidos. El objetivo era sacarles dinero y extorsionar a la familia. Lamentablemente esto es normal en las cárceles del país”, reveló un jefe policial a EXTRA.

Ayer terminó la pesadilla para Margarita Herrera. Pagaba 104 dólares para que no lastimen a su hijo.CHRISTIAN VASCONEZ

El oficial contó que los presos estudian a sus víctimas y conocen muy bien quiénes son las personas que están en cada celda y hasta cuánto pueden pedir por sus vidas.

“Sabían bien quién es Gavidia, él fue detenido hace ocho meses con droga. Romo, por el caso de Seguros Sucre, y Ramírez por un caso de Aduanas. Es decir, conocían muy bien a estas personas y que sus familiares podían responder económicamente”, agregó el investigador.

El oficial de la Policía contó que los tres internos fueron sacados del área transitoria por las mismos internos que provocaron la masacre y lo hicieron por un callejón de la cárcel.

“Los presos que provocaron la matanza son los del pabellón 7. Pero a los secuestrados los tenían en el pabellón 6. La Policía conoció que estaban vivos porque al día siguiente de la masacre se comunicaron con sus familiares. Además, en el conteo de víctimas de esta área faltaban tres reclusos y eran justamente ellos”, relató.

La disputa era entre los Chone Killers (pabellón 2) y Los Águilas, (pabellón 3).

La liberación de los internos se ejecutó la noche del lunes 15 de noviembre. Ellos fueron trasladados a un centro de privación.

Pero ¿qué originó está segunda matanza? La fuente policial reveló que fue una guerra de bandas por poder y que la intención era tomarse el pabellón 2.

“Un día antes se decomisaron fusiles y municiones que iban dirigidos a esta área. Los del pabellón 3 tenían miedo a que ellos se hagan fuertes y por los atacaron, pero los del pabellón 2 resistieron y por eso atacan al área transitoria, creyeron que allí estaban recluidos 12 miembros de Los Tiguerones detenidos en Durán recientemente”, sostuvo. (AEB)