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Sastre vallenatero: ‘cose’ alabanzas con el acordeón
Se puso un taller en Tumbaco y no tenía clientes. Le tomaron una foto para promocionar sus servicios y se hizo viral en redes. Sueña con triunfar junto a su instrumento musical.
La foto de Miguel Murcia detrás del mostrador de su sastrería se hizo viral en redes sociales y conmovió a los internautas.
Estaba arrodillado y en posición de oración, frente a una máquina de coser. Tenía los ojos cerrados. Estaba triste. Junto a la imagen estaba escrito: “Abrió su sastrería hace ocho días y aún no tiene clientes”. ¡Corazón aguadito!
EXTRA lo encontró en la avenida Oswaldo Guayasamín, en el centro de la parroquia de Tumbaco, al nororiente de Quito. Ya no está triste. Sonríe mientras contesta llamadas por celular. “Es la gente que ha visto mi imagen y me pregunta por mis servicios”, dice.
Sin embargo, aún no ha concretado ningún ‘camellito’. Muestra telas, explica los tiempos de entrega, asesora en modelos, pero ‘naranjas’ todavía.
Multifacético
Este colombiano, de 57 años, tiene más talentos que la costura. “Canto vallenatos. A los que me han llamado también les ofrezco las serenatas”, relata. El artista no se despega de un acordeón que lo acompaña desde joven. Ni siquiera en su sastrería.
Allí, en medio de los patrones de pantalones y camisas, reluce el instrumento típico del folclor colombiano. “Me mantiene cerca de mi tierra”, dice. Cuando salió de su natal Barrancabermeja, ubicada a orillas del río Magdalena, en el centro de Colombia, y llegó a Guayaquil, su sueño era mejorar su economía.
En el Puerto Principal trabajó como empleado privado, luego se trasladó a Lago Agrio, provincia de Sucumbíos. “Es lindo ahí, pero yo siempre quise abrirme paso en una gran ciudad, por eso me vine a Quito”, confiesa.
Su historia se viralizó en redes y tocó los corazones de personas, incluso de Estados Unidos, quienes le han enviado dinero para ayudar a que su negocio despegue. También le han llevado fruta a su local.
“Estoy muy contento y agradecido, solo espero que los trabajos se concreten”.
SU SUEÑO
Su madre y su abuelo le enseñaron todo lo que sabe del oficio de la costura. Confiesa que no estuvo contento de aprender, pero que le ha permitido ganar dinero para vivir. Pero Miguel tiene un sueño: grabar un disco con sus canciones que se acercan a la religión cristiana. “Dios siempre me ha acompañado, es mi forma de honrarlo a Él también”.
Es por ello que junto al letrero de ‘sastrería’ él ha colocado el de ‘serenatas’. Espera que pronto un productor musical lo ‘descubra’ y lo ‘lance’ al estrellato.
Que lo reconozcan en internet le parece una bendición. Para él es un gran salto hacia la fama. “La situación económica no es fácil y se angustia enfrentar los gastos de cada mes. Por eso estaba triste, sin clientela, pero la esperanza volvió”.