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Las cafeterías y bares de la zona recurren a la luz de celular o a las velas.Karina Defas

Cortes de luz en Quito: Negocios del Centro Histórico tienen pérdidas del 70 %

Desde la pandemia, este sector no termina de recuperarse. Los apagones, los cortes de agua y la sensación de inseguridad los tienen preocupados

Las últimas semanas han sido de supervivencia para quienes aún mantienen sus negocios en el Centro Histórico de Quito, debido a los apagones y la falta de energía eléctrica. Monserrat Cevallos, contó a EXTRA que aunque los cortes de luz no se realizan a la hora de almuerzo, sí le perjudican a la hora de la producción. “Se me retrasa todo el proceso y sobre todo hay productos que no aguantan sin refrigeración y ya he tenido que botarlos”, relató.

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Su negocio no tiene ni seis meses de haberse inaugurado y ya ha tenido que sortear con dificultades. “El problema para nosotros también es el teletrabajo por el que han optado algunas empresas e instituciones”, comentó.

En la zona están la mayoría de entidades públicas tanto de gobierno como del Municipio y sus empleados han sido los mayores clientes. “Luego de la jornada se daban una vuelta y comían algo”, sostuvo.

En los locales del centro, es evidente la falta de clientela. Algunos han tenido que bajar los precios.Karina Defas

Con los apagones también se registraron cortes de agua, por lo que tuvieron que coger agua de tanqueros. “Eso supone hervirla para eliminar bacterias. También traía agua de mi casa”, afirmó la vecina.

Menos visitantes en el Centro Histórico

Aunque la energía no se va en todas las cuadras, el ambiente es oscuro y sombrío, por lo que ha habido disminución de visitantes atraídos por las edificaciones e iglesias coloniales. “La gente obviamente prefiere no circular por donde no haya luz”, explicó Melany Delgado, dependiente de un restaurante ubicado a unos 20 metros de la Plaza Grande.

En su cuadra el corte empieza a las 20:00, lo que le ha significado unos días cerrar más temprano de lo habitual y otros atender a la gente con velas. “Aunque hagamos eso no es lo mismo, porque hay cosas que no se pueden preparar, por ejemplo”, aseveró.

También ha invertido en un pequeño generador de energía que le sirve para cosas básicas, pero no es suficiente. Para Monserrat, el hecho de que los letreros estén apagados es una señal para los clientes de que los lugares no están atendiendo. Es todo un círculo”, explicó

Este es un nuevo capítulo para quienes han insistido en poner algún negocio en la zona, pues desde 2020, en la pandemia de la COVID -19, han intentado levantarse. “Hay que ser valientes”, dijo Monserrat.

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