Lo que empezó como una visita a escondidas, en pleno apagón, terminó en un procedimiento judicial para un joven enamorado, quien posteriormente fue liberado, pero corrió el susto de su vida al casi terminar en una prisión, por el delito de violación a la propiedad privada.

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El incidente ocurrió en un conjunto residencial del sector Cotocollao, en el norte de Quito, cuando la madre de una adolescente de 16 años descubrió al muchacho dentro del dormitorio de su hija. Según el parte policial, la mujer habría escuchado ruidos provenientes del cuarto de la menor y, al abrir la puerta, encontró a la adolescente y al ‘pelado’.

Ante la situación, la madre decidió llamar a la policía, indicando que el joven había ingresado sin su consentimiento. Los agentes llegaron, aprehendieron al entonces sospechoso y lo trasladaron a la Unidad Judicial de Flagrancia de La Mariscal, donde fue llevado a audiencia de calificación de flagrancia y formulación de cargos, la tarde del lunes 14 de octubre de 2024.

Durante las primeras indagaciones, la adolescente admitió que fue ella quien permitió (‘en corto’) el ingreso de su enamorado a su habitación, aprovechando un corte de luz en el sector. Según su versión, había acordado con su novio que no habría problemas, ya que tanto su madre como su abuela no se percatarían de su presencia.

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Sin embargo, la denuncia de la madre fue suficiente para que se inicie el procedimiento por una presunta violación de propiedad privada, delito penado con prisión de seis meses a un año, de acuerdo con el artículo 181 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

En la audiencia se estableció que no existía intención de cometer un delito, dado que el joven ingresó con el consentimiento de la menor. La defensa destacó que no hubo ninguna afectación a la propiedad, ni desmedro de los derechos de ninguna de las partes involucradas.

Geovanna Palacios, jueza de la Unidad Judicial, calificó como legal la detención, indicando que los derechos constitucionales del joven fueron respetados en todo momento. Sin embargo, tras analizar los hechos, concluyó que no existían elementos suficientes para establecer una conducta delictiva penalmente relevante.

“A pesar de que el ingreso fue inusual, no se configura una violación de la propiedad privada, ya que el joven fue invitado por la menor de edad”, concluyó la magistrada, según el acta de la diligencia. En consecuencia, se dispuso la inmediata libertad del joven enamorado. ¿Lo intentará de nuevo?

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