El amor de Aarón por los animales lo inspiraba a soñar con convertirse en veterinario cuando creciera. En su hogar, bajo su cuidado, vivían un perro y un gato, a quienes trataba con especial dedicación y ternura. Trágicamente, el destino de los tres quedó marcado por un devastador incendio que les arrebató la vida.

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La noche del miércoles 27 de noviembre, Aarón, de 10 años, se encontraba junto a sus mascotas en el dormitorio de su vivienda, ubicada en la primera etapa del plan habitacional Ciudad Victoria 1, en el noroeste de Guayaquil. Fue entonces cuando las llamas, desatadas por un accidente, consumieron el hogar y truncaron sus sueños.

Según el relató una tía del menor, a las 20:00 se produjo un corte de energía eléctrica en el sector, algo frecuente debido a los racionamientos de energía que afectan al país.

“Mi sobrino, asustado por la oscuridad, pidió que le dejaran encender una vela para sentirse más seguro. Encendieron la vela alrededor de las 21:00 y la colocaron en su habitación, porque le daba miedo la oscuridad. Sin embargo, se quedaron dormidos y al parecer, la vela se consumió o cayó, incendiando el colchón”, narró entre lágrimas la tía del menor de edad.

Intentó rescatarlo

La mamá del niño, al percatarse del humo y las llamas, logró rescatar a su hija mayor y a la bebé de seis meses que dormían en otro cuarto, pero no consiguió salvar a Aarón.

“Cuando intentó entrar en su habitación, el fuego ya había envuelto todo. Aarón, su perrito, al cual lo llamaba Lobo, y su gatito fallecieron en el lugar. Mi hermana hizo todo lo posible, pero no logró llegar a tiempo para salvar a su niño”, manifestó la tía.

Aarón cumpliría 11 años el próximo 30 de diciembre. Era el tercero de cinco hermanos y cursaba el cuarto año de educación básica en un plantel del norte de Guayaquil.

Era como su hijo

• Aún consternado por la desgracia y con huellas de quemaduras en su cuerpo, Sixto Pinela, padrastro del menor, recordó que el niño compartía la habitación con sus hermanos mayores, quienes no se encontraba en la casa en el momento del siniestro.

“Moroni, como lo llamábamos de cariño, era como un hijo para mí. Dormía en la parte baja de una litera. Era un niño educado, inteligente y lleno de sueños. Todo ocurrió cerca de las 23:50. No pudimos hacer nada”, expresó Sixto, con marcas de quemaduras en su cuerpo y entre sollozos.

Era como su hijo

La familia se dedica al comercio informal y suele vender ropa y sábanas en cantones cercanos para subsistir. “Estábamos profundamente agotados. Nuestra bebé de seis meses está enferma, y sus despertares durante la madrugada nos dejan exhaustos. Esa noche, el cansancio nos venció, y ahora vivimos con un dolor que nunca desaparecerá”, concluyó el padrastro, devastado por la pérdida.

Ayuda

Quienes deseen brindar su apoyo o colaborar con esta familia, pueden comunicarse al número de celular 0959234524.

Cortes

En el sector donde ocurrió el siniestro, los cortes de energía eléctrica están programados en dos horarios: de 09:00 a 12:00 y de 20:00 a 00:00.

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