Las reglas sobre la crisis energética en Ecuador han cambiado, y los horarios de los cortes de luz, que debían anunciarse con anticipación para permitir a la ciudadanía y a los comercios organizar sus actividades para este lunes 23 de septiembre, solo fueron revelados a la medianoche.

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El Gobierno ha decidido redistribuir los cortes de energía, que inicialmente iban a implementarse diariamente a nivel nacional desde el lunes hasta el jueves en horario nocturno, ampliándolos a toda la semana, incluidos sábados y domingos, con interrupciones en diferentes momentos del día, la tarde, la noche y la madrugada.

Según el Gobierno ecuatoriano, los cortes son necesarios debido a que tanto el país como el mundo enfrentan una crisis hidrológica provocada por la peor sequía en seis décadas.

Las empresas distribuidoras de energía en las distintas regiones y provincias se encargarán de establecer los nuevos horarios de racionamiento. En Quito, por ejemplo, se han asignado cortes de entre cinco y doce horas diarias en sectores específicos de la ciudad y áreas periféricas, distribuidos a lo largo de la semana.

Para este lunes, en el centro y sur de Quito, se han programado dos cortes: uno de 08:00 a 13:00 y otro de 17:00 a 20:00. En otras zonas del norte y sur de la capital, habrá tres interrupciones de 06:00 a 10:00, de 14:00 a 19:00 y de 22:00 a 00:00, de acuerdo con un cronograma divulgado por la Empresa Eléctrica Quito la noche del domingo.

Ciudades de varias provincias del país ya sufrieron cortes desde el domingo, cuando se suspendió el servicio por nueve horas en 12 de las 24 provincias de Ecuador, como resultado de la baja producción en las principales plantas hidroeléctricas, afectadas por la sequía.

El pasado viernes, el Gobierno pidió al sector privado activar generadores de electricidad como medida de emergencia para mitigar la crisis, ya que esta acción podría aportar hasta 300 megavatios.

Más de dos tercios de la matriz eléctrica de Ecuador dependen de fuentes hidroeléctricas, siendo las principales la planta Coca-Codo-Sinclair, con una capacidad de 1.500 megavatios, y la central del río Paute, que genera alrededor de 1.000 megavatios y es una de las más afectadas por la sequía.

El Ministerio de Energía y Minas estimó que cada hora de racionamiento eléctrico podría costarle al país alrededor de 12 millones de dólares en pérdidas.

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