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Coronavirus: Las 'peripecias'que afrontan los pacientes hoy negativos al buscar 'camello'
Aunque algunas personas se han salvado del temible mal de Wuhan, se les hace difícil conseguir trabajo porque en cualquier lugar les dicen que "son un peligro" para la sociedad.
"Devastador y desproporcionado". Así es como el ingeniero Comercial Juan Carlos Frías resume al covid-19, la enfermedad causada por el coronavirus o SARS-Cov-2 y además dice que el efecto que está teniendo la pandemia del "horroroso virus" es casi insostenible cuando se habla de empleo en todo el mundo.
El analista financiero, quien es dueño de una empresa de ese rubro, menciona a EXTRA que cree que la crisis del temible mal de Wuhan ya dejó de ser solo sanitaria -hace 'ratón miguelito'- para convertirse en económica y social.
"En ese contexto uno de los temas que más preocupa es la destrucción de empleos, a causa de las restricciones a las actividades productivas y la contracción del consumo", opina Frías.
Es más, hace un par de meses la situación en el mundo era caótica, donde la misma Organización Internacional de Trabajo (OIT) declaró que más de uno de cada seis jóvenes había dejado de 'camellar' desde el comienzo del apocalíptico coronavirus.
En dicho informe, se apuntaba que el impacto de la pérdida de trabajo se había triplicado en los menores de 25 años. Ahí es donde Frías acota que esto (la pandemia del coronavirus) es muy perjudicial para los jóvenes que deseen entrar al mercado de trabajo, más cuando han sido portadores del virus.
"La cuarentena trajo un decaimiento en las esferas laborales en donde un joven ya casi no piensa en trabajar físicamente, si no más bien virtual. No está mal, pero el COVID-19 ha asentado una "generación perdida" tal cual lo dice la OIT y las consecuencias pueden ser 'brutales' para la economía circulante en Ecuador", explica el entendido a EXTRA.
ALGUNOS CASOS
David y Allison Arandi (padre e hija) fueron víctimas del tormentoso coronavirus y este les dejó factura en contra: perdieron el trabajo al dar positivos porque consideraban que era peligrosos para el entorno laboral.
David era camarógrafo de un medio de comunicación de Guayaquil y Allison trabajaba en cosmetología y belleza.
"Me hicieron la prueba del covid y a la primera salí positivo. Me mandaron a cuarentena y luego ya no me querían recibir en la empresa. ¡Sorpresa! ya estaba despedido", cuenta David, quien ahora se dedica a hacer trabajos eventuales porque ninguna empresa lo recibe pese a ser un paciente negativo del COVID-19.
Por su parte, Allison juntó sus ahorros y emprendió. Ella, junto a otras chicas instalaron un spa, peluquería y barbería para salir de los 'saldos rojos'.
"Como no me querían en ningún lugar, decidí reunirme con unas compañeras y emprender en nuestra peluquería. No es fácil, pero por lo menos tenemos para comer, ya que el mercado laboral está golpeado", dice Allison, quien cree que la situación no mejorará de inmediato.
Incluso, el Ministerio de Trabajo apuntó que hasta el 26 de mayo de 2020, en el país se registraron 118.00 desvinculaciones en el contexto de la pandemia. Además, la plataforma digital Multitrabajos afirmó que durante la crisis la búsqueda de empleo en Ecuador se incrementó 25%, mientras que la oferta se contrajo en un 50%.
Asimismo, a Katherine Prieto y a Bryan Meza, comunicadora social y tecnólogo, respectivamente, les tocó hacer 'malabares' para que su bolsillo no esté 'flaco'.
"Yo pensé que me iba a morir pero aún Dios me tiene en este mundo. El lugar donde trabajaba me mató por segunda vez cuando me liquidaron. Fue uno de los momentos más graves de esta pandemia, no por el coronavirus, sino porque no sabía qué hacer ni cómo llevar el pan a mi hijo y esposa", lamenta Meza, quien dice que está duro conseguir trabajo.
Pero no se 'durmió en los laureles' y puso a funcionar "sus neuronas". Decidió brindar asesoría técnica a ciertas empresas -por horas- donde laboran algunos amigos. "Me va bien, pero la situación cada día empeora. Si tienen trabajo, cuídenlo; y solo salgan de sus casas por necesidad", dice Meza.
En cambio, a la comunicadora Katherine Prieto le tocó otra historia. A ella le cayó el virus justo cuando consiguió trabajo. "La dicha no me duró mucho tiempo. Me dan el trabajo pero me piden la prueba y salió positiva", cuenta a EXTRA.
Ahora, Prieto hace noticias desde su cuenta de Facebook. Compró un micrófono y una cámara -"mis aliados"- para informar y esperar a que un medio de comunicación requiera de sus servicios, pero por lo pronto se dedica 'cachuelear' porque "el aire no es gratis y no se 'come la camisa'".
¿CÓMO ESTÁ LA SITUACIÓN EN EL PAÍS?
El economista y miembro de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), Ramiro Chiriboga Bajaña, comenta a EXTRA que el panorama en Ecuador -en cuanto al empleo- está 'color de hormiga'.
¿La razón? Según el entendido, el Gobierno no ha preparado políticas pertinentes que determinen la forma en que se 'sanará' la herida del desempleo porque solo "se han fijado en un sector: salud".
"Pero si se elaboran y aplican de forma consensuada, el impacto sobre el empleo sería mucho menor", menciona Chiriboga.
Para el economista, la situación de confinamiento obligatorio que se vive en la mayoría de los países ha provocado que millones de personas no puedan ejercer sus trabajos y mayor aún aquellas personas que dieron positivo al covid-19.
Todo ello -apunta- ha hecho que la tasa de desempleo suba como 'leche hervida', una situación especialmente grave para América Latina, en especial Ecuador, considerado una de las naciones con un alto foco de contagio, donde hay una alta informalidad y precariedad laboral, fruto de la baja generación de empleo de calidad.
"Estas estimaciones, sumadas al impacto que la pandemia ya está teniendo entre quienes se desempeñan en los sectores informales, nos anuncia una situación de gran dificultad para millones de personas; incluído nuestro país; especialmente para grupos vulnerables como las mujeres y afrodescendientes", expone el experto a EXTRA.
EL ECUATORIANO SE LEVANTA... SÍ O SÍ
Ante una crisis de esta magnitud, el mayor peligro es la paralización: no hacer nada. El gran reto es proteger los puestos de trabajo y los ingresos de las personas. "Mantener el máximo número de relaciones laborales es esencial para iniciar la recuperación cuanto antes", dice Chiriboga.
¿Cómo hacerlo? Por ejemplo, la de desincentivar los despidos o promover arreglos de trabajo compartido, donde trabajadores y empresas, juntamente con el Estado, suman esfuerzos para mantener los 'camellos'.
Especial mención merecen los trabajadores del sector informal y los que han sido despedidos a causa del maligno virus. La mayoría de los gobiernos han reaccionado con celeridad ofreciendo bonos especiales para compensar a las personas por no poder trabajar.
Reaccionar bien al golpe supondrá, además, dar apoyo a los trabajadores que pierdan su empleo. Para ello, es necesario fortalecer los servicios públicos de empleo, los cuales van a tener un rol protagónico para asegurar que aquellos que han sido despedidos se reincorporen a la actividad económica lo antes posible.
También será esencial ampliar el acceso a un seguro de desempleo que garantice un apoyo ante la pérdida de ingresos. "El camino no será fácil: el margen fiscal de los países de la región es muy estrecho y, por eso, todos tendremos que ser más creativos e imaginativos que nunca. Todo ello sin perder la resilencia", precisa.
Así las cosas, las crisis son oportunidades para sacar lo mejor de nosotros y emerger de ellas más dispuestos a trabajar por el bien común y lograr un mundo mejor.
El temible coronavirus no solo está generando efectos inmediatos y devastadores sobre el trabajo y los ingresos, sino que está acelerando los procesos de digitalización y automatización.
Es el momento de apostar con firmeza por un futuro con más trabajos de calidad, por más personas preparadas para un futuro que ya está aquí y por un mejor sistema de protección social que cubra a todos los trabajadores ante emergencias. De lo contrario, la región seguirá instalada en una situación de especial debilidad así el coronavirus desaparezca.