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Coronavirus: cinco preguntas y respuestas sobre la posible transmisión aérea del 'bicho'
El coronavirus o SARS-CoV-2, causante del COVID-19, tiene aún varios puntos que son un enigma. Eso sí, hay que conocerlo todo lo posible. Te ayudamos
El coronavirus sigue condicionando la vida de millones de personas en el mundo. Los cuidados continúan y, por su parte, la comunidad científica halla nuevos lados de esta enfermedad convertida en pandemia, descarta hipótesis y demás.
Por ejemplo, hace pocos días, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) indicaron que el coronavirus o SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, se podía transmitir no solo por las gotitas de saliva que lanzamos a corta distancia, sino también mediante otras partículas mucho más pequeñas llamadas aerosoles.
Estos aerosoles permanecen más tiempo en el aire y viajan más allá de los 1,83 metros, considerados hasta ahora como distancia de seguridad.
Mira el video de los inventos para eliminar el coronavirus:
No obstante, esta actualización se retiró de la web de los CDC y se volvió a colocar la versión que había, donde se señala que la principal vía de contagio son las gotas respiratorias producidas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla y llegan sus secreciones con el virus a otra situada cerca.
Responsables del CDC admitieron que se había cometido un error al publicar un borrador que todavía no ha sido revisado por los técnicos, según recoge The Washington Post y CNN.
Así las cosas, vamos a lo concreto sobre el coronavirus o SARS-Cov-2. Planteamos aquí cinco cuestiones clave para contextualizar y entender este aspecto del causante del COVID-19:
1. ¿QUÉ MECANISMOS DE TRANSMISIÓN DEL CORONAVIRUS SE CONOCEN HASTA AHORA?
Hay tres vías posibles de contagio del coronavirus. Eso sí, la frontera entre las dos primeras es difusa: gotitas respiratorias o de saliva ‘grandes’, otras mucho más pequeñas (aerosoles) y a través de superficies contaminadas.
Las gotitas grandes son partículas de saliva o fluido respiratorio expulsadas por las personas infectadas al toser, estornudar y, en menor medida, al hablar. Vuelan como un proyectil e impactan en la boca, las fosas nasales o los ojos. Si no golpean a nadie, caen rápidamente al suelo a uno o dos metro.
La vía aérea del aerosol es la que se debate. También son partículas de saliva o de líquido respiratorio, pero de un tamaño más pequeño, a veces se llaman núcleos de gotitas. Por esta razón, pueden permanecer más tiempo en el aire –desde decenas de segundos hasta horas– y viajar a distancias más largas, dependiendo de su tamaño. Tras emitirse al hablar o cantar, por ejemplo, infectan cuando se inhalan por la nariz o la boca, o se depositan en los ojos (menos probable).
Respecto a las superficies: puede ocurrir por tocar, por ejemplo, la manija de una puerta, un interruptor o cualquier otra cosa donde se ha depositado el virus, y luego llevarse las manos a la boca, fosas nasales o los ojos.
2. ¿CUÁL ES LA DIFERENCIA DEL TAMAÑO ENTRE UNA GOTITA RESPIRATORIA Y EL AEROSOL?
No hay consenso. Tradicionalmente el límite se sitúa en 5 µm (micras o micrómetros). Si es mayor, es gotita salival o respiratoria. Si es menor, aerosol. Así lo considera la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los CDC en sus documentos.
Sin embargo, un grupo de investigadores independientes considera que es un “gran error” establecer la frontera en 5 micras. Según estos expertos, el límite real entre las gotas balísticas y los aerosoles está en los 100 μm, teniendo en cuenta la capacidad de las partículas de permanecer o no en el aire durante un período prolongado y la accesibilidad a la fracción respirable del pulmón.
3. ¿QUÉ VÍA DE TRANSMISIÓN DEL CORONAVIRUS ES LA MÁS IMPORTANTE?
Tampoco hay consenso. Los CDC afirman que las gotitas respiratorias son el principal mecanismo de propagación, indicando como posible el contagio a través de superficies. Sin contar lo que publicaron por error, descartan que los aerosoles sean una vía relevante fuera de los entornos hospitalarios, donde se producen contactos estrechos con los pacientes, por ejemplo al aplicar técnicas de intubación.
La OMS coincide en que las gotitas salivales o respiratorias y los fómites son las vías dominantes, y establece la distancia de un metro para evitar el contagio. En julio, esta organización también admitió que es posible la transmisión aérea del coronavirus por aerosoles en entornos cerrados mal ventilados, pero que se necesitan más investigaciones para confirmarlo.
El grupo de científicos ‘disidentes’ no está de acuerdo. Piensan que, según sus evidencias (resumidas en una página web), la vía de los aerosoles es al menos tan importante como las otras dos, si no más.
Aquí, un video viral de cómo una persona se niega a usar mascarilla:
4. ¿QUÉ CONSECUENCIAS TENDRÍA CONFIRMAR QUE LOS AEROSOLES ES UNA VÍA IMPORTANTE DE TRANSMISIÓN?
Si las partículas con patógenos pueden permanecer en el aire más tiempo del que se piensa y llegar más lejos, habría que incidir mucho más en la importancia de ventilar de forma exhaustiva los espacios interiores, trasladando el mayor número posible de actividades al exterior, según los científicos que defienden la vía 'aerosol' de contagio.
En el artículo que firmaron los expertos en julio en New York Times también se señala que es posible que se necesiten mascarillas en zonas interiores, incluso en entornos socialmente distantes. Los trabajadores sanitarios podrían necesitar mascarillas avanzadas (como las N95) que filtren hasta las gotitas respiratorias más pequeñas mientras atienden a pacientes con coronavirus.
Los sistemas de ventilación en escuelas, hogares de ancianos, residencias y empresas pueden necesitar minimizar la recirculación de aire y agregar filtros nuevos y potentes. Incluso es posible que se necesite luz ultravioleta para matar las partículas virales que flotan en pequeñas gotas en el interior.
5. ¿EN CUALQUIER CASO HAY QUE SEGUIR CON LAS MEDIDAS DE PROTECCIÓN ACTUALES?
Sí, el distanciamiento interpersonal, el lavado de manos y el uso de mascarillas siguen siendo fundamentales para evitar la propagación de la enfermedad. Además, respecto a las mascarillas, hay que insistir en su buena colocación (nunca por debajo de la barbilla o sin tapar la nariz) y en el correcto ajuste a la cara para evitar ‘fugas’ del aire que expulsamos al exhalar. Experimentos realizados en la Universidad Tecnológica de Delf (Países Bajos) han evaluado la eficacia de diferentes tipos de mascarilla y constatado el riesgo que puede correr una persona situada detrás de otra que la lleve mal ajustada.
Además, las evidencias más recientes indican que es importante limitar el círculo social de personas con las que mantenemos contacto estrecho, procurar que los encuentros con estas personas sean en lugares al aire libre y ventilar frecuentemente los espacios cerrados, donde debemos ser estrictos con el uso de mascarillas.
El coronavirus o SARS-CoV-2, causante del COVID-19, lleva un total de 33,2 millones de casos en el mundo. Asimismo, 23 millones de personas se han recuperado y al menos 999.000 versonas han muerto.