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Los efectos de la cochinilla en sectores como Las Acacias son notorios y graves.Miguel Canales / EXTRA

La cochinilla, la plaga que se está ‘devorando’ los árboles de Guayaquil

En Las Acacias comienzan a caer ramas por el daño provocado por este mal. Sectores como la Ferroviaria y Av Delta parecen zonas de películas de terror

Ha devorado casi todo el norte y en su plan de expansión ya comienza a tomarse el sur, dejando a su paso un panorama desolador que causa, incluso, daños en bienes particulares. Se trata de la cochinilla, una plaga que está contaminando y matando decenas de árboles en todo Guayaquil.

La ciudadela Las Acacias, que se inicia entre las avenidas 25 de Julio y José Vicente Trujillo, está perdiendo su identidad justamente por el daño que está causando esta plaga, que enferma a muerte los árboles que dan su nombre a este tradicional barrio de la ciudad.

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La zona ha comenzado a tornarse blanca por cielo y tierra, cambiando ese paisajismo verdoso de años atrás por uno tétrico, como de película de terror. Algo que alarma a los moradores, quienes no ven un plan de acción preventivo por parte de las autoridades, para evitar que esa peste ambiental arrase también con el arbolado del sur de Guayaquil.

“Estamos preocupados por esta cantidad de árboles que ya tienen gérmenes que han hecho daño. Resulta hasta un peligro parquearse debajo de ellos, porque las ramas caen encima del capó de los carros y estos se dañan. Estos son árboles protectores que dan oxigenación al ambiente, pero es necesario curarlos”, señala Michael Vicuña, presidente de los bloques de Las Acacias, quien asegura que no ha visto a personal municipal curando los especímenes de parques, redondeles y parterres del sector.

El sector de La Ferroviaria luce como escenario para una película de terror.Álex Lima / EXTRA

Lo corrobora Fermín Guevara Benítez, quien labora como guardia diurno en esta parte de la ciudadela desde hace cinco años. “No hemos visto al Municipio con medidas preventivas. Medio podan y se van”, se queja el trabajador, quien sostiene que la situación se agravó hace cinco meses.

Según Adrián Zambrano, director de Ambiente y Áreas Verdes del Municipio, dentro del plan de mantenimiento agronómico, específicamente en árboles que no tienen la plaga de la cochinilla, se están ejecutando controles biológicos, trabajos de riego, fertilización y nutrición.

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“Además, a través de nuestras jornadas de intervención, se están recuperando los espacios verdes. Un hábitat limpio mejora el equilibrio de la microfauna urbana”. Hasta la fecha, asevera que han tratado 1.219 ejemplares.

Los insectos de la cochinilla son "escamas" que habitan en climas cálidos y húmedos. Esta plaga se alimenta chupando la savia de las plantas a las que parasitan, debilitando la salud de la misma. 

En la avenida Delta, por la Universidad de Guayaquil, también hubo que ‘meter sierra’.Álex Lima / EXTRA

Con mascarillas por la plaga

Francisco González ve con tristeza cómo el árbol que le dio sombra durante 25 años, hoy está enfermo y sin ningún tratamiento. “Es como si estuviera con caspa”, compara, y agrega que a partir de las 17:30 se observa en el ambiente a la cochinilla que se esparce más, lo que obliga a algunos a seguir utilizando mascarilla.

A lo largo de la calle Vicente Trujillo, la mayoría de árboles (de caucho) no se ven contaminados; pero tanto del lado de la avenida 25 de Julio como la Domingo Comín (por la ciudadela Saiba), la plaga avanza más al sur.

“Es una pena, porque son el pulmón de la ciudad. Aquí en la Saiba esos bichitos vuelan y contaminan también estos árboles. No vemos que hagan algo. ¡Tomen medidas!”, exige Isabel Palacios, quien lamenta que los árboles del redondel cercano a la parada Barrio Cuba, de la metrovía, también estén perdiendo sus copas.

Así lucen muchos árboles en Guayaquil, contaminados por la plaga de la cochinilla.Miguel Canales / EXTRA

El panorama se repite en la Ferroviaria, donde todo luce como una zona fantasma, con los árboles sin ramas, todos cortados. “Se supone que esta es una zona verde, que ayuda a oxigenar la ciudad, pero así se ve horrible”, manifiesta María Gracia López, de 25 años, quien en las mañanas suele pasar por el lugar para realizar ejercicios.

Y quienes transitan por la avenida Delta, que pasa por la Universidad de Guayaquil, se muestran asombrados al ver “puros palos en el parterre”, como dice Joffre Morán, un conductor que circula frecuentemente por la zona.

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