Indignados y ‘cabreados’, porque los diez dólares que el Gobierno central decidió subir al Salario Básico Unificado (SBU) para el año 2025 (será de 470 dólares) no alcanzan para nada. Así lo consideran los ciudadanos y comerciantes en las calles de Guayaquil.

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Los habitantes creen que no se está teniendo en cuenta aspectos técnicos, ni el encarecimiento general de la vida y los productos de primera necesidad para definir el aumento, sino que se lo hace arbitrariamente y pensando en el beneficio del sector empresarial y no en el pueblo.

“Tenemos un Gobierno que no sabe lo que hace, porque diez dólares para un trabajador, ¿para qué le sirven? Para comerse un ceviche porque no alcanza para nada más, mientras ellos (los empleados estatales) tienen sueldos para vivir cómodos”, se quejó Eulogio Yagual, residente del suburbio porteño.

Yagual considera que no hay coherencia entre la decisión del Gobierno y la situación actual del país, pues cree que a la hora de determinar el monto del aumento no se ha tomado en cuenta, por ejemplo, el incremento del IVA (del 12 al 15 por ciento) o el encarecimiento de la canasta básica familiar.

“No sé quiénes serán los expertos que dan ese criterio financiero. Esos diez dólares no sirven ni para papel higiénico, pero qué podemos esperar de este gobierno mentiroso”, expresó.

En cambio, para Cecilia Carbaca, comerciante informal de ropa en las calles 17 y Portete, la decisión del subir el SBU en diez dólares está justificada.

Los apagones han perjudicado a las industrias

“Hay que tener en cuenta que con el problema de los apagones, las industrias también han sufrido pérdidas. Además, hay que considerar que la crisis no es de ahora, sino que se la viene arrastrando de los gobiernos pasados”, manifestó.

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Francisco Quinde, trabajador de una empresa de logística y repartición de paquetería, cree que el aumento tan pequeño en el SBU se debe a que el Gobierno piensa más en la clase empresarial que en los más necesitados.

“Tiene que preocuparse por la clase baja. Todos somos pueblo, pero la clase baja es la que más necesita en estos momentos. Con diez dólares alcanza a la final para armar el almuerzo de un día, pero no sirven para mejorar la economía familiar”, añadió.

Jorge, encargado de una tienda de abarrotes en el suburbio porteño, quien prefirió no decir su apellido por miedo a que los ‘vacunadores’ (extorsionadores) de la zona lo identificaran, coincidió en este criterio. “Todos mis productos han subido y diez dólares no son suficientes para cubrir el aumento. Cada día alcanza para comprar menos cosas y en menor cantidad”.

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