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Chiquitas, pero se mueven: las unidades de reemplazo del Metrobús, en Quito
Usuarios del sistema de transporte del Metrobús, que va del norte al centro de Quito, se sienten incómodos. Pero aseguran que por lo menos las unidades ya no se quedan a medio camino.
Los usuarios ya no tienen miedo de que las unidades del sistema Metrobús de Quito se dañen a medio camino...
En este mes se dejaron de lado los destartalados articulados que antes hacían los recorridos desde la estación Ofelia, en el norte, hasta La Marín, en el centro, ya que cumplieron su vida útil hace varios años.
Los han reemplazado por los buses convencionales, a los que les hicieron adecuaciones en las rampas de las puertas.
Sin embargo, para los ciudadanos es necesario que haya más frecuencia de unidades en las horas pico. “Es obvio que los buses normales tienen menos capacidad, ya hubo largas colas”, dijo Luis Sánchez.
Esto ocurrió en los primeros días en los que se aplicó la medida. Sánchez acotó que tampoco hubo socialización. “Yo me sorprendí al ver estas unidades. Al menos están nuevas”, agregó.
Matilde Jácome había desistido de transportarse en esta troncal por el estado de los anteriores buses, pero al ver que ya no eran los mismos dejó de lado el taxi y se aventuró.
“Sí hay menos espacio, pero van más rápido. Por ahí compensa”, comentó.
Paciencia
Esta es una medida temporal, según Ney Jiménez, gerente del consorcio Corredor Central Norte al que pertenece el Metrobús, pues se prevé que en octubre de 2023 lleguen, al menos, 70 unidades articuladas. “Los buses que pusimos desde septiembre son de la reserva de los alimentadores”, explicó.
Entre diciembre y enero se prevé comprar más unidades convencionales para abastecer la demanda que, dice Jiménez, seguramente aumentará.
“Luego de la pandemia y el paro, la economía se va reactivando”, agregó.
A esto se suma el retorno a clases presenciales de las instituciones educativas en la región Sierra. Jiménez reconoció que sí hubo tumultos en los primeros días, pero explicó que se “dieron por un ajuste en el despacho de unidades, no por problemas con la frecuencia”.
Todavía no se sabe si los nuevos articulados serán a diésel o eléctricos, pues será el Municipio que determine si se puede o no construir una estructura para las conexiones eléctricas.
“Hasta ahora (el Municipio) no ha puesto ni un centavo”, reclamó Jiménez.
El pasado 29 de agosto, la Secretaría de Movilidad publicó en sus redes sociales que este cambio es parte “del plan de mejoramiento del Transporte Público”.
“Esta administración ha actuado con responsabilidad y firmeza, haciendo cumplir lo que establecen los contratos de operación del Corredor Central Norte”, expresó el comunicado.
Para Alejandro Álvarez, otro usuario, utilizar buses convencionales “es un retroceso en el sistema de transporte, pues evidencia que no existe un plan a largo plazo”.