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El chico de los shawarmas fue liquidado de 22 balazos en San Juan de Calderón
Al parecer, el venezolano fue llevado por sus victimarios desde una peluquería del sur hasta el norte de la capital, donde lo asesinaron a tiros.
Los moradores de San Juan Alto de Calderón, en el norte de Quito, están herméticos. Tienen miedo, caminan de largo o no quieren salir de sus casas luego de un crimen ocurrido la noche del 24 de enero.
A las 17:30 escucharon una ráfaga de tiros. Algunos salieron a sus terrazas para ver de qué se trataba y observaron un vehículo huir a toda velocidad. Sin embargo, permanecieron dentro de sus domicilios.
Tres horas más tarde, un vecino llegaba del trabajo y se encontró con el cadáver de un hombre en la puerta de su casa, por lo que llamó al ECU-911 para denunciar el hecho.
Según el capitán Andrés Proaño, jefe de esta zona, la víctima no tenía documentos personales, pero sí cargaba su celular. Además, tenía varios impactos de bala en todo su cuerpo. “Sería de unos 27 o 28 años”.
INVESTIGACIÓN
La mañana del miércoles 25 de enero, una mujer que dijo ser la conviviente de la víctima se acercó a la Policía para contar lo que sabía del hombre.
Según la joven, desconocía el nombre verdadero, pero dijo que tenía el alias de Micky y que era de nacionalidad venezolana. Agregó que se dedicaba a preparar shawarmas en un restaurante del sector de la Nueva Aurora, en el sur.
La última vez que lo vio fue en una peluquería cerca del negocio donde laboraba, de donde supuestamente se lo llevaron sus victimarios. La mujer está tratando de contactarse con los familiares de la víctima en Venezuela para que puedan repatriar el cadáver.
Proaño presume que el crimen estaría relacionado con la disputa entre grupos de delincuencia organizada, por la forma en la que lo asesinaron.
Según el oficial, los miembros de estas agrupaciones buscan lugares inhóspitos para cometer este tipo de actos violentos. “Las unidades investigativas determinarán si lo traían herido y lo remataron en este lugar”, precisó.
Inseguridad
Silvia Torres agarra la mano de su hija con fuerza. Camina con temor cerca del lugar donde encontraron el cadáver y dice que en los últimos años la inseguridad ha crecido en ese sector. “Roban, matan y violan. Este barrio ha sido abandonado”.
Por esta razón, los moradores colocaron un tronco en la entrada al barrio, para impedir que ingresen vehículos que no pertenecen al lugar. “Están robando en motos y debemos cuidarnos nosotros mismos”.