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¡‘Cayó’ después de dos años!
Policía detuvo a presunto abusador de niña de cuatro años. Le regaló una muñeca para ‘comprar’ su silencio. Lo hallaron cobrando pasajes en un bus.
Se acogió al silencio. No se resistió cuando los policías del Bloque de Búsqueda interceptaron un autobús que cubría la ruta a Sangolquí, al sur de Quito. La tarde del martes lo arrestaron como principal sospechoso del abuso sexual de una niña de cuatro años.
Según el mayor Juan Carlos Valverde, jefe de esta unidad, el hombre, de 44 años, prestaba servicio de transporte escolar en el plantel donde la menor estudiaba y habría aprovechado uno de los recorridos para cometer el delito, en septiembre de 2018, en la capital.
La niña había tardado media hora más de lo habitual en llegar a su casa, algo que prendió las alarmas en su madre. El sospechoso habría llevado a la menor de edad a su vivienda, donde le quitó la ropa y abusó de ella. Para ‘comprar’ su silencio le regaló una muñeca. Artilugio que no le funcionó, pues la progenitora buscó la forma de que su hija le contara lo sucedido.
“La revisó y se dio cuenta de que la situación no estaba bien ni psicológica ni físicamente”, explicó el gendarme. Enseguida fue a colocar la denuncia y en el examen médico legal y psicológico se certificó que, en efecto, hubo un abuso sexual.
Las indagaciones
El sospechoso huyó enseguida, por lo que a las autoridades les tomó dos años encontrarlo. Aunque hace seis meses lo identificaron y seguían su modo de vida para que no se volviera a escapar.
Valverde comentó que la pandemia retrasó un poco el proceso, pues dejó de trabajar como controlador de bus, en el cantón aledaño a la capital. “Esta gente ya sabe que la policía está detrás de ellos”, agregó.
El sospechoso laboraba unas semanas en una unidad y enseguida se cambiaba a otra para precisamente no ser reconocido y tener un bajo perfil.
Según el jefe del Bloque de Búsqueda, la informalidad de su trabajo de controlador de bus lo habría ayudado, pues allí no existen contratos, ni se presentan papeles. “A veces solo usan seudónimos y como les pagan por días o por horas, no hay mayor indagación en los datos”, explicó.
Los agentes lo detuvieron en las calles García Moreno y General Enríquez. El hombre se mantuvo sereno durante su aprehensión y se identificó. Los uniformados le explicaron los cargos que enfrentaba y lo subieron a la camioneta. Antes de eso, le dijo a su compañero de trabajo: “Llámele a mi esposa, no sea malito”.