El trabajo exequial y la muerte siempre estarán ligados íntimamente en lo terrenal, pero mucho más en los eventos paranormales. Un testigo de esto último es Vinicio Vargas, trabajador de la Funeraria Jerusalem, en Cayambe, cantón al norte de Quito.

Este hombre ha entregado su vida al servicio funerario y ha experimentado situaciones que, solo de recordarlas, le estremecen el cuerpo y le erizan la piel.

Vargas reside en el mismo inmueble donde funciona su ‘camello’. En una ocasión, descansaba junto a su esposa, quien también ejerce esta labor, escucharon un ruido extraño que ascendía desde el primer piso y luego oyeron como si alguien les golpeara la puerta. Fue tal el escándalo, que Vargas y su pareja salieron a ver lo que pasaba, pero no había nadie del otro lado de la puerta.

“Nos asustamos muchísimo y bajamos de la habitación. Una vez acá en la sala (de velaciones), mi esposa dijo que vio algo que nos aterró aún más”, relató. Cerca de las sillas, la pareja de Vargas divisó una sombra oscura, como si se tratara de una silueta humana.

Lea también: Enigmas: Los espectros que aparecen en la iglesia de San Francisco

Las apariciones en la funeraria de Cayambe

En otra ocasión, Vargas también se encontraba dentro de su domicilio cuando algo inquietante se sintió en la terraza: alguien caminaba, pero era como si llevara consigo unas cadenas que chocaban ruidosamente contra el cemento.

Al mismo tiempo, los perros comenzaron a quejarse como si alguien los estuviera golpeando, pero cuando intentó sorprender a algún intruso, Vargas se llevó la aterradora sorpresa de que no había nadie.

“No solamente eso ha ocurrido. En una ocasión, a mi hermano se le apareció algo extraño también en la sala de velaciones”, rememoró. Mientras su ñaño recorría ese sitio, una persona se escondió detrás de una columna de cemento.

Según la descripción, fue como si alguien ‘del más allá’ intentara decirle algo, pero finalmente no se atrevió y desapareció en pocos segundos.

Comunicación después de la muerte

Harold Hernández, investigador y parapsicólogo, explica que estos fenómenos son comunes. “En el lenguaje de la parapsicología, a esto se lo conoce como la comunicación después de la muerte”.

Esto se manifiesta con mayor frecuencia en lugares donde han ocurrido muertes recientes o, como en este caso, donde se ofrecen servicios exequiales. “Se ha comprobado que un espíritu está confundido a pocos días o semanas de que su forma terrenal ha muerto, es decir su cuerpo”.

Según Hernández, el alma hace este tipo de apariciones porque tiene cosas que decir o resolver, quizás algo que no logró hacer en vida. “El contacto con lo paranormal puede tener muchos matices: (las sensaciones) pueden ser de tipo olfativo, táctil o, como ha ocurrido en estas historias, visuales y auditivas”, detalla.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!